Si existe una amenaza para los bañistas, cada verano, esa es la carabela portuguesa, que ya ha hecho su primera aparición, esta temporada, en Alicante. Una mujer precisó asistencia hospitalaria tras sufrir una picadura de esta medusa en el Cabo de las Huertas.

Según reseña Información, la bañista sintió un fuerte latigazo en la cara, por lo que salió rápidamente del agua y fue trasladada de urgencia al Hospital de Sant Joan, donde fue ingresada por la hinchazón que presentaba en el rostro, por el dolor que sentía y la irritación de la piel.  

Es la primera picadura que se registra este año en aguas alicantinas, después de un verano, el de 2018, donde se avistaron numerosas medusas de este tipo. Una situación que complicó el baño a los turistas. Entonces, se instó a las autoridades a tomar las medidas necesarias para que la carabela portuguesa no supusiera una amenaza.

Incluso, debido a la proliferación de estas falsas medusas (en realidad son una especie monotípica de hidrozoo sifonóforo de la familia Physaliidae), el Instituto de Ecología Litoral pidió a los bañistas y deportistas que extremasen la precaución. Durante la temporada pasada se registraron numerosas picaduras e ingresos en hospitales alicantinos.

Fuentes municipales de Alicante aseguraron al medio citado que el servicio de salvamento estudia cada mañana las zonas de baño, para comprobar si estas medusas están presentes. El Consistorio apuntó que serán los técnicos quienes valoren si existe riesgo, si es así, se izará la bandera roja y se prohibirá el baño.

La carabela portuguesa habita en las aguas cálidas de todos los océanos del globo, aunque es más habitual verlas en el Atlántico. Sus tentáculos pueden medir hasta 30 metros y tienen 10 veces más de veneno que una medusa al uso. Su picadura puede causar vómitos, fiebre, parálisis momentánea, dejar cicatrices y tener consecuencias tóxicas. Los especialistas indican que, incluso, podría provocar la muerte.