En 2016 la Ciudad Condal se declaró ciudad libre de delfines en cautividad. Por ello, tiene hasta 2018 para decidir el destino de los cuatro delfines que aún alberga el zoo de Barcelona. 

Se barajan tres planes: un santuario marino en construcción en la isla de Lipsi, en Grecia; otro en el Mediterráneo, cuya localización aún no se ha desvelado: y otro en un sitio tropical o subtropical, tal y como ha explicado Frederic Ximeno, comisionado de ecología del Ayuntamiento en un congreso llevado a cabo por el consistorio junto a la organización conservacionista Submon para debatir sobre el tema. 

Los santuarios son amplias y profundas áreas de mar cerradas con el fin de proteger y cuidar a los cetáceos. Sin embargo, los experimentos llevados a cabo en estas áreas desde los 90 han fracasado. 

Aunque el plazo es hasta 2018, el santuario más desarrollado, el de Grecia tiene previsto inaugurarse en 2019. 

Por ello, Ximeno no descarta que los delfines sigan en cautividad en otro lugar hasta poder ser trasladados a su destino final y tampoco rechaza que sean separados.