Todo apuntaba a que Mallorca iba a sumar un nuevo hotel de gran lujo en la Sierra de Tramuntana, después de que un empresario sueco —relacionado con Miguel Conde, propietario de It Mallorca— adquiriera por 12 millones de euros la emblemática finca Granja d’Esporles. No obstante, una maniobra del Ayuntamiento de Esporles podría impedir cualquier tipo de desarrollo turístico.
Según informa Diario de Mallorca, el pleno del consistorio ha dado, por unanimidad, el visto bueno para iniciar los trámites para declarar la citada como Bien de Interés Cultural (BIC) tanto las fincas de La Granja como los elementos de su entorno.
Los impulsores de la propuesta, entre los que se encuentra la propia alcaldesa de la localidad, inciden en que toman esta medida con un doble objetivo: “incrementar el nivel de protección ya existente” y asegurarse tener derecho de compra ante una posible venta futura del activo.
Si bien el activo fue comprado con la intención de explotarlo turísticamente, ahora se están cambiando las reglas del juego, complicando cualquier tipo de intervención u obra con el fin de impulsar un hotel. Es más, mientras se tramite la declaración del BIC no se podrán acometer cambios y esta se puede demorar varios años.