A día de hoy, las restricciones recogidas en el decreto contra el turismo de excesos, aprobado recientemente en Baleares, siguen dando de qué hablar. Una de ellas es la prohibición de los party boats en dos de los tres destinos (considerados puntos calientes del turismo de borrachera) donde se aplica la norma: Magaluf y Playa de Palma (Mallorca), quedando así exento Sant Antoni (Ibiza). 

Según ha informado Diario de Ibiza, el artículo 8 de la normativa estipula que estas embarcaciones no pueden cargar ni descargar pasaje, ni siquiera acercarse a la costa, en la orilla y los muelles de estos puntos. Sin embargo, el decreto no contempla en este apartado a Sant Antoni de Portmany, a pesar de que West End (conocida zona de bares) desemboca en el puerto, donde amarran los party boats

De acuerdo con el diario citado, en el muelle cercano a West End operan dos compañías que organizan estas fiestas flotantes, donde cargan al pasaje y los descargan al atardecer, por si desean seguir con la fiesta tanto en esta zona como en otras de ocio nocturno. A este respecto, el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, quitó hierro al asunto, debido a que "nunca se habló de incluir los party boats en la delimitación del West", ya que el "problema es el West End, más que este tipo de embarcaciones".

"No hemos tenido grandes incidencias relativas a los barcos. Estas empresas firmaron un decálogo de buenas prácticas que, al menos en Sant Antoni, se está respetando", aseguró. El citado compromiso, agregó Serra, consiste en "no embarcar a más gente de la permitida, evitar el ruido, respetar los lugares no aptos para la navegación o no dejar entrar a gente que no se halle en condiciones". 

Cabe destacar que el decreto prohíbe la autorización de nuevos party boats en todo el archipiélago desde su entrada en vigor y durante dos años.