“No necesitábamos tantos hoteles de cinco estrellas, ya que la gente adinerada estaba contenta alquilando una casita pequeña en la naturaleza”. Así de contundente se ha mostrado Guy Laliberté, fundador del Cirque du Soleil, sobre el turismo de lujo en Ibiza, un destino al que ama y donde ha emprendido diferentes proyectos.

Laliberté, al ser preguntado por el afianzamiento de este segmento turístico en la isla blanca, en una entrevista concedida al Diario de Ibiza, reparó en que Ibiza “siempre” ha sido frecuentada por gente adinerada, pero que esta no necesitaba alojamientos pretensiosos. “Mira lo que está pasando con la celebración del Burning Man en pleno desierto de Black Rock en Nevada. Toda esa gente rica y millonaria que asiste a este evento de música, espectáculo e ideas pasa una semana en un desierto, donde no hay ni siquiera agua para ducharse, y son felices”, puntualizó al respecto.

En este sentido, Laliberté consideró que Ibiza debe apostar por un turismo más cultural. Precisamente, es socio de Heart Ibiza con los hermanos y chefs Ferrán y Albert Adriá, una experiencia creativa que fusiona la gastronomía con las artes escénicas, con la actuación de grupos de reconocimiento mundial en directo y música electrónica. Al mismo tiempo, ha introducido obras de arte contemporánea en las galerías de Lune Rouge y Project Ibiza, elaboradas por artistas de fama internacional como Takhasi Murakami o Jenny Holzer.

Por otro lado, el fundador del Cirque du Soleil también es responsable de la Fundación One Drop para la protección y conservación del agua en el mundo. Bajo este marco, señaló que la “conservación del medioambiente es primordial” y consideró que no se están impulsando las medidas adecuadas para evitar el “consumo excesivo del agua”, que está poniendo en peligro el ecosistema de la isla.

Como dato anecdótico, Laliberté fue la persona número 510 que viajó al espacio exterior. De esta experiencia asegura que no le cambió la vida, pero que fue extraordinaria y un privilegio.