La crisis del Covid-19 ha golpeado con dureza a la industria del esquí en España que arrastra dos malas temporadas y vaticina otra similar. Esto ha llevado a los responsables de la estación de Candanchú (Huesca) a comunicar que para el invierno 21/22 permanecerán cerrados.

Álvaro Luna, director de la estación privada —no es gestionada por la empresa pública Aramón—, admitió esta semana que tienen en mente no abrir después de haber registrado unas pérdidas de más de dos millones de euros durante la temporada anterior. El directivo se mostró crítico con la “poca participación del Gobierno aragonés” y se lamentó de no haber recibido apoyo.

Según recoge Heraldo, la noticia ha generado revuelo entre las instituciones y las empresas locales, ya que la estación con 93 años de historia es uno de los motores económicos de la zona. Los alcaldes de Canfranc, Villanúa, Borau, Castiello de Jaca y Jaca ya han pedido una reunión en la que estén presentes representantes de la consejería de Economía y de Industria del ejecutivo aragonés, de la Diputación de Huesca y de la empresa para poder llegar a una solución que garantice la apertura de las instalaciones y aporte tranquilidad a hoteles, restaurantes, comercios y demás empresas que dependen de la llegada de esquiadores.



 

Miguel Gracia, presidente de la Diputación, ya se ha mostrado dispuesto a buscar alternativas antes de que el cierre sea definitivo. “En este territorio, y más en el Pirineo, el esquí es un elemento fundamental y por tanto el cierre de una estación es un desastre absoluto”, ha aseverado.

Por su parte, desde la Asociación de Empresarios y Servicios de la Jacetania (Acomseja) y desde
la Asociación Turística del Valle del Aragón y alcalde de Villanúa han hecho un llamamiento a resolver el conflicto para evitar el desastre. Llegan incluso a proponer la creación de un consorcio para gestionar Candanchú.