El drástico parón del sector turístico al que se está enfrentando casi la totalidad del país durante este 2020 marcado por la pandemia del Covid-19 ha llevado a muchos —desde grandes empresas a familias propietarias— a plantearse la venta de los activos hoteleros con el fin de evitar la acumulación de deudas.

El problema es, como advierten propietarios hoteleros a La Voz de Galicia, que pese a que se han puesto decenas de establecimientos alojativos a la venta, “no hay ni un mínimo interés en ellos”.

Aunque Galicia es una de las comunidades autónomas que mejor ha capeado la situación (entre febrero descendieron un 60% las pernoctaciones hoteleras, mientras que en el total del país cayeron un 72%), lo cierto es que se sitúa en la parte baja en lo que a rentabilidad por habitación (RevPar) se refiere, y este es uno de los principales indicadores que los inversores tienen en cuenta.

“Siento decirlo, pero Galicia no despierta el más mínimo interés por parte de los inversores extranjeros”, recalca al citado diario Juan Sanchís, consejero de la empresa especializada en compraventa hotelera Starsfour. Si bien admite que ha aumentado el interés de muchos compradores y fondos ávidos de adquirir activos en España, destaca que la región gallega no ofrece lo que buscan: “Quieren hoteles grandes, de más cien habitaciones, y solo les interesan las seis o siete ciudades más pobladas o los que están cerca de aeropuertos internacionales. En Galicia les ofrezco hoteles más pequeños y baratos, pero no los quieren”.

Otros especialistas en la compraventa hotelera destacan que esto es especialmente dañino para los pequeños hoteleros forzados a cerrar no por la pandemia sino por la falta de relevo generacional. El aumento de la oferta y el escaso interés hará que tengan que vender, si pueden, por un precio muy rebajado.