Las obras en InTempo, el edificio residencial más alto de España y el segundo de Europa con 193 metros de altura, llevan 13 años paralizadas. La torre, que puede ser vista desde cualquier punto de la playa de Poniente de la capital turística Benidorm (Alicante, Comunidad Valenciana), es un símbolo de la época del ladrillo, así como de la apuesta por la ciudad por un modelo urbano vertical.

En la actualidad, según ha informado El Mundo, se espera poder completar el 5% de la obra que aún no se ha terminado, cuyo coste ronda los seis u ocho millones de euros. El pasado mayo, el Ayuntamiento aprobó la transmisión de licencias urbanísticas a la nueva promotora que está a cargo del proyecto, que cree que pueda concluir el edificio a finales de 2018.

InTempo alberga 269 viviendas que se distribuyen en 52 plantas, así como 398 plazas de aparcamientos y 133 trasteros. Fue fruto de la relación entre dos empresarios del sector inmobiliario, José Ignacio de la Serna e Isidro Bononat, quienes compraron el suelo donde se erige, valorado en 46,8 millones de euros, por medio de un crédito de Caixa Galicia. No obstante, en 2008 el crédito aumentó a 103 millones, ya que se incluyó la edificación de la torre.

Posteriormente, Caixa Galicia quebró como consecuencia de la crisis y la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), también denominado ‘banco malo’, asumió el crédito hipotecario. Este órgano fue creado por el Gobierno y otras entidades financieras para apropiarse de los activos inmobiliarios de las bancas rescatadas. De este modo, Sareb pasó a contar con una participación de 52 millones de InTempo.

En este momento, se instauró un concurso de acreedores, aunque los socios que comenzaron las obras de la torre se opusieron y se terminó paralizando su construcción. Entonces, Sareb inició la búsqueda de un comprador, que finalmente encontró en noviembre de 2017 en el fondo de inversión global, SVP Global.