Las ciudades no son “infinitas”. Así ha justificado Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, la posible imposición de “límites” a los cruceros y a la capacidad y ampliación de las grandes infraestructuras, en un discurso marcado por la lucha contra el cambio climático. Se trata de una serie de cuestiones que no se habían planteado, hasta el momento, desde el consistorio barcelonés.

Según ha informado El País, Colau puso de relieve que existe una “emergencia climática”, que “no puede esperar más” y que obliga a las autoridades a “actuar de forma inmediata y poner soluciones más allá de las declaraciones”. Lo cierto es que el Puerto de Barcelona y el Aeropuerto de El Prat son las principales infraestructuras de Cataluña, dos motores incuestionables de la ciudad para los que se prevé una ampliación.

"Hemos de poner límites y ser responsables en un cambio de paradigma de cómo se utilizan estas infraestructuras, la presencia de cruceros, la cuestión energética, la capacidad del aeropuerto... No se puede hablar de ampliaciones indefinidas porque hay un límite en nuestra ciudad y hay que introducir el concepto de límite en todas las grandes infraestructuras que rodean la ciudad metropolitana", aseveró la alcaldesa tras visitar el barco Rainbow Warrior de Greenpeace.

"Queremos ser valientes y ambiciosos y hacerlo de la mano del resto de administraciones", agregó. En este sentido, anunció que este asunto se tratará en la mesa convocada para el próximo miércoles, con el fin de elaborar una declaración de emergencia climática junto con entidades y expertos. Un decreto, según apuntó, de “medidas reales, concretas, ambiciosas y valientes”.

A su vez, señaló que la ciudad dará un “salto cualitativo” cuando entre en vigor, el próximo enero, la Zona de Bajas Emisiones, que prohíbe el acceso de los vehículos más contaminantes a un área delimitada de la urbe.