La negativa de la Generalitat a seguir estudiando la ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat se produjo sin haber realizado un estudio para calcular el impacto económico que se perdería.

Según recoge El Mundo, el propio Govern catalán ha admitido que rechazó el proyecto de ampliación sin haber calculado las consecuencias negativas para la economía. “El Govern de la Generalitat de Cataluña no ha calculado las consecuencias negativas para la economía en el caso de la no ampliación [de El Prat]”, ha reconocido el Ejecutivo autonómico en respuesta a la pregunta emitida por un diputado del Parlamento catalán a la que ha tenido acceso el citado diario.

De esta manera, la razón que aducen desde el Govern para no haber llevado a cabo estas indagaciones es que “no existe una propuesta real, viable y acordada sobre el aeropuerto”. Sin embargo, en el verano de 2021 sí que llegó a haber un consenso, tras mantener diversas reuniones el Ejecutivo central y el autonómico para llevar a cabo unas obras que permitirían ganar capacidad al recinto aeroportuario de Barcelona.

El cambio de opinión llegaría en septiembre de ese mismo año, cuando el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se pronunció en contra tras conocerse que las obras afectaría a la fina La Ricarda, un paraje que está protegido como parte de una reserva natural incluida en la Red Natura 2000, una malla verde que comprende 26.000 puntos distribuidos por toda Europa.