La creciente preocupación por el cambio climático auspiciada, en parte, por el discurso de la activista ambiental Greta Thunberg o movimientos como la 'vergüenza a volar', que antepone al avión medios de transporte más sostenibles como el tren, ha llevado a las aerolíneas a implementar medidas más respetuosas con el medioambiente. 

Según ha informado El Independiente, las compañías aéreas han propuesto una alternativa al gravamen de emisiones, medida que la Unión Europea pretende aplicar, que pasa por reorganizar el control aéreo y el diseño de las rutas, con el objetivo de que los vuelos sean más directos, fundamentalmente en línea recta.

De esta manera, se evitarían los rodeos de las conexiones actuales, reduciendo así la duración del vuelo, las distancias, el combustible y, finalmente, la emisiones. "El espacio aéreo europeo está fragmentado, es poco eficiente, obliga a volar distancias excesivamente largas y con alturas poco eficientes", manifestó al respecto el vicepresidente para Europa de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Rafael Schvartzman, a finales del pasado enero, en el foro de Foro de Liderazgo Turístico de Exceltur. 

Así, las líneas aéres solicitan la puesta en Marcha del Cielo Único Europeo, que acumula un retraso de 15 años. Para ello, se respaldan en las propias conclusiones de la Comisión Europea sobre la racionalización del control aéreo continental y el fin de la fragmentación por países: el ahorro de más de ocho millones de toneladas de CO2 al año y la reducción de un 10% de las emisiones. 

Las compañías cifran en 42 kilómetros de media por vuelo, la distancia que recorren de forma innecesaria debido a la fragmentación del control aéreo que les obliga a "volar en zig-zag".