Vueling sigue acumulando jornadas negras y las sombras del verano vuelve a acechar a la compañía low cost del grupo IAG.  

El pasado viernes la aerolínea registró retrasos en vuelos de diferentes aeropuertos, aunque la peor parte se la llevó Barcelona. Concretamente, un grupo de 180 pasajeros que tuvieron que permanecer encerrados dentro del avión durante cuatro horas. El avión que tenía que despegar a las 17:00 para cubrir la ruta entre El Prat y Marrakech (Marruecos), se retrasó hasta las 21:30. 

Los pasajeros mostraron su descontento por el confinamiento y por la falta de información, hasta el punto de que la Guardia Civil tuvo que acceder al aparato para calmar los ánimos. Según desvelaron pasajeros se les dio tres explicaciones sobre el retraso poco coherentes: "Nos han dado hasta tres motivos diferentes, el primero que tenía que venir un autobús con pasajeros e iba retrasado, después el piloto nos ha dicho que no podía hacer más horas de vuelo. Y han cambiado a toda la tripulación y más tarde nos dicen que somos los número 13 en la fila para despegar y que la pista está llena".

La compañía achacó estos retrasos a que el aeródromo de Barcelona sólo operó durante media jornada con una de sus pistas y al mal tiempo del norte de Europa.