La compra irregular con fondos de la Santa Sede de un palacio en el centro de Londres (Reino Unido), antigua sede de los grandes almacenes Harrods —meca del turismo de compras de lujo en la capital británica— y con licencia para apartamentos de lujo, ha acabado con la carrera eclesiástica del que era el principal candidato para suceder al papa Francisco. El cardenal italiano Angelo Becciu ha sido condenado a cinco años y seis meses de prisión por corrupción en una sentencia histórica del Tribunal de la Ciudad del Vaticano, por ser la primera vez que se condena con tal severidad a un príncipe de la Iglesia católica.
Según publica El País, sobre el purpurado pesan delitos de malversación y abuso de poder, entre otros, al quedar demostrado que, durante su mandato como jefe de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano (2011-2018), autorizó en 2013 la compra del citado palacio londinense, ubicado en el exclusivo barrio de Chelsea, por unos 300 millones de euros. Parte de los fondos destinados a esta operación procedían del Óbolo de San Pedro, conjunto de donaciones anuales recolectadas por la Santa Sede a través de todas las comunidades católicas del mundo para sufragar obras de caridad.
La extensa investigación del Tribunal, iniciada hace más de dos años, ha determinado que la actividad de los inculpados —ha habido otros condenados, además de Becciu— presuntamente supuso “pérdidas considerables para las finanzas”, según ha reconocido Nunzio Gallantino, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Estas pérdidas “considerables” se estiman en una horquilla de entre 73 y 166 millones de euros.