Dos jóvenes de Barcelona, Marc Coderch y Alex Bosch, un economista y un programador de 25 años, han lanzado la app Parc, que propone una solución a la movilidad urbana, por medio del alquiler de plazas de aparcamiento particulares.

Según ha informado El Periódico, la iniciativa propone que los propietarios oferten sus plazas de aparcamiento, a cualquier usuario incluidos los turistas, a un coste inferior de un euro por hora (la zona azul tiene un coste de 1,08€ a 2,5€ la hora dependiendo de la zona y la demanda). El 70% del importe irá a parar al dueño de la plaza, el 5% a la comunidad de propietarios y el 25% a la empresa Parc.

La compañía Parc, que ha nacido bajo el amparo de Barcelona Activa -una organización encargada de impulsar la política económica y el desarrollo local para promover la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía-, ha conseguido 9 aparcamientos en el centro de la ciudad con un total de 22 plazas. Además, más de 3.000 usuarios ya se han bajado la app.  

"Hay que tener en cuenta que en Barcelona hay 412.000 plazas particulares de aparcamiento y solo 120.000 públicas, con lo que la capacidad de crecimiento de nuestra empresa es enorme", apuntó Coderch. Por el momento, los jóvenes tienen intención de alcanzar las 50 fincas y 5.000 plazas en verano, así como expandir el negocio a otras ciudades como Madrid

Funcionamiento de la app

Con la aplicación, el usuario podrá seleccionar uno de los parkings disponibles, al que puede acceder gracias a su teléfono móvil, que abrirá la puerta. Una vez allí, encontrará la plaza libre por medio de un mapa. Al marcharse, el sistema le cobrará de su tarjeta 99 céntimos por hora, aunque los usuarios también pueden pagar por minutos, con un gasto mínimo de 50 céntimos.  

Este servicio incluye la instalación de una cámara de seguridad en la entrada del aparcamiento, así como un sistema domótico de apertura de puerta conectado al móvil de cada usuario, señalización interior para encontrar la plaza y la limpieza del recinto.

Este modelo de negocio, a su vez, se basa en la economía colaborativa, gracias a la cual la comunidad de vecinos saldrá beneficiada, aunque no todos los propietarios alquilen su plaza.