Las aerolíneas estadounidenses se muestran optimistas, a pesar de la escalada de los precios en el combustible que ha llevado a algunas compañías a reducir su operativa. Dicho entusiasmo por parte de algunas de las líneas aéreas se debe a la alta demanda que están registrando, que, a su vez, esperan que se traduzca en unos altos ingresos.

“Estamos viendo un impulso de los ingresos increíbles”, ha llegado a expresar el CEO de JetBlue, Robin Hayes. Esta aerolínea de bajo coste proyecta unos ingresos para el primer trimestre de 2022 solo entre un 6% y un 9% por debajo de 2019. Una reducción menor de la que preveía en enero, cuando se situaba hasta un -16% en comparación con el último año prepandemia.

Por su parte, American Airlines, una de las aerolíneas más grandes de Estados Unidos, pronostica ahora una reducción de los ingresos del 17% en comparación con 2019. En enero, la proyección era entre un 20% y un 22% inferior a hace tres años.

Las compañías Delta, United y Southwest han realizado actualizaciones de pronósticos similares a las de sus competidoras.



 

Si bien es cierto que la demanda de viajes de ocio es la que lidera la recuperación del tráfico aéreo, las aerolíneas también reportan una sólida mejora en los viajes de negocios. “El tráfico comercial está en auge. Todavía tenemos un largo camino por recorrer, pero hemos mejorado mucho más de lo que pensábamos”, ha reconocido Andrew Nocella, director comercial de United.

Según la información de Travel Weekly, los reportes de alta demanda por parte de las aerolíneas hicieron que subieran las acciones en bolsa de las compañías. De hecho, las participaciones de American, Delta y United se situaban cerca o por encima del 7% durante la tarde del pasado martes.