Disneyland París reabrió ayer, 15 de julio, sus puertas tras permanecer cerrado durante meses a causa de la crisis del Covid-19. Todo el sector del ocio del continente tiene sus ojos puestos en cómo funcionará la reactivación de este parque temático y es que se trata del más visitado de Europa.

Según informa Forbes, el parque ya permitió la entrada durante el fin de semana a aquellos que cuentan con un pase de temporada, sin embargo, fue ayer cuando retomó la actividad abriendo gran parte de sus espacios y actividades. De hecho, casi todas las atracciones (cerca de 50) están en funcionamiento, así como los más de 50 restaurantes y cafeterías. En lo que respecta a los hoteles, la apertura será más gradual, y por el momento sólo estarán disponibles el Hotel Disney’s Newport Bay Club y Disney Village.

Eso sí, los aforos en espectáculos y sitios de comida estará limitado, por ello desde la propia organización recomienda reservar con anticipación y recuerdan que han implantado un sistema de códigos QR para que los clientes puedan recibir el menú en el móvil. También han cambiado el buffet por servicio en mesa.

Entre las medidas que se han establecido para mantener la seguridad dentro del recinto destacan el uso obligatorio de mascarilla en todos las áreas para los mayores de 11 años y el mantenimiento de una distancia de seguridad de 1 metro —según los administradores, han pegado más de 20 kilómetros de señalización en el suelo para que  piso para que siempre se mantenga la distancia de seguridad—. Asimismo, han instalado cerca de 2.000 dispensadores de gel hidroalcohólico, del que planean consumir más de 50.000 litros al mes.

Una apertura que llega en un momento controvertido

Lo cierto es que la apertura europea ha coincidido con el cierre de Hong Kong Disneyland, que ha tenido que parar de nuevo después de que el gobierno local haya anunciado nuevas restricciones en el ocio y las actividades públicas para hacer frente a un nuevo pico de casos.

Los pasos del recinto hongkonés los podría seguir Walt Disney World, en Orlando (Florida, Estados Unidos), que recientemente ha reabierto pero que podría verse obligado a parar debido al significativo aumento de los casos de coronavirus en el estado, que se ha convertido en epicentro de la pandemia.