Las cancelaciones y retrasos de vuelos que tuvieron lugar en 2018, debido a problemas con el control del tráfico aéreo, supusieron un coste de 17.600 millones de euros a las arcas de la Unión Europea, un 28% más que el año anterior.

Según ha informado Europa Press, alrededor de 334 millones de pasajeros se vieron afectados por estos problemas, de acuerdo con los datos de Airlines for Europe (A4E), una asociación comercial de aerolíneas europeas, que basa sus cálculos en las últimas estadísticas de Eurocontrol.

La industria aérea manifestó que el año pasado fue uno de los peores, en lo que a retrasos se refiere, de la última década. Las aerolíneas que operan en Europa atribuyen el 75% de estos retrasos a la “capacidad limitada” del Control de Tránsito Aéreo (ATC), así como al “déficit de personal”.

En este sentido, el coste de las cancelaciones de vuelos ascendió a 3.400 millones de euros, lo que supone un incremento del 38%, mientras que el de los retrasos fue de 14.200 millones de euros, un 24% más que en 2018. A este respecto, A4E apuntó que el tránsito aéreo europeo ha aumentado un 3,8% entre 2017 y 2018, y que los retrasos lo han hecho un 105%.  

Prevención

Para evitar que esta situación vuelva repetirse en la próxima temporada de verano, los líderes de las compañías que integran A4E (Lufthansa, Ryanair, IAG, Air France-KLM e easyJet), junto con los de la Organización Civil de Proveedores de Servicios de Navegación Aérea (CANSO), de la European Business Aviation Association (EBBA) y Eurocontrol, han acordado una serie de principios y medidas, algunas de las cuales ya han sido aprobadas y se aplicarán al comenzar el horario de verano. Entre algunas de las exigencias de estos actores, se encuentra una mayor implicación de los responsables políticos.