Ayer, 29 de abril, el Gobierno de Turquía implantó nuevas restricciones debido al aumento de los contagios por coronavirus. Estas estarán vigentes, por lo menos, hasta el 17 de mayo; sin embargo, algunas de ellas no se aplicarán a los turistas que visiten el país durante las próximas fechas.

Con una incidencia acumulada de 850 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes durante los últimos 7 días —según los datos del diario Touristik Aktuell— el Ejecutivo turco ha decidido cerrar todos los comercios que no sean esenciales, incluyendo los bares y restaurantes, que solo podrán servir comida para llevar.



 

Además, se ha establecido un toque de queda durante los fines de semana de 9 de la noche a 5 de la madrugada. Aunque esta última medida no se aplica a los turistas, tal y como ha confirmado el ministro de Cultura y Turismo de Turquía, Mehmet Nuri Ersoy.

Durante este periodo tampoco se permitirán los viajes regionales, a no ser que se posea un permiso especial. Sin embargo, el país otomano sigue abierto a los visitantes internacionales. Se trata pues de restricciones similares a las aplicadas por España e Italia durante la Semana Santa.