Egipto está planteando la implantación de una política de hijo único similar a la aplicada en China, aunque este caso permitiendo dos vástagos por pareja.

Los ministros de Salud, Emad Eddin, y Desarrollo Local, Hesham Al-Sherif, han anunciado un plan estratégico para controlar el crecimiento de la población egipcia que se acerca a los 100 millones de personas.

Pese a que ya se han tomado medidas para promover los anticonceptivos estas no han sido muy efectivas por lo que ahora desde las instituciones pretenden incrementar el nivel de educación, emplear a más mujeres y evitar los matrimonios jóvenes para rebajar el número de descendientes por familia.

Además de las medidas ya mencionadas, la que más llama la atención es la creación de un permiso de nacimiento que actuará como tarjeta de salud que permitirá a las parejas casadas reproducirse cada 5 y 10 años. En caso de no ser respetados los plazos, deberían abonar multas elevadas.

Más allá de una medida demográfica, también es una medida que da respuesta a la crisis económica que actualmente vive el país egipcio por el hundimiento de uno de sus principales sectores como es el turismo. Con el control de la natalidad se pretende dar respuesta también a los problemas de analfabetismo, desempleo y pobreza.