La industria caribeña de cruceros cuenta ahora con un destino estelar que amenaza con robar peso a los establecidos. Según informa el medio Tribune Business los puertos de Nassau y Freeport, en Bahamas, están perdiendo peso a favor de La Habana.

La economía del país depende fuertemente de la industria crucerística, por lo que sectores como la industria minorista, la restauración, los taxistas, peluqueros, operadores turísticos y proveedores de excursiones pueden perder ingresos por un posible descenso de turistas.

Grandes navieras como Norwegian Cruise Line ya han mostrado su interés por ofrecer más itinerarios en Cuba, por lo que ha anunciado que intercambiará las estancias habituales en Freeport y Nassau por noches en La Habana.