Solo una semana después de haber anunciado un confinamiento para los no vacunados, el Gobierno Federal de Austria ha decidido aplicar restricciones más duras: a partir del próximo lunes 22 de noviembre el aislamiento afectará a toda la población en general, incluyendo a los inmunizados.

El canciller Alexander Schallenberg ha anunciado que, durante los próximos 20 días, todos los ciudadanos deberán permanecer en sus casas, pudiendo salir únicamente a trabajar cuando sea necesario, a hacer las compras esenciales o a realizar actividad física. Asimismo, se han suspendido las clases y están cerrando comercios, restaurantes, hoteles y establecimientos de ocio, según informa Die Presse.

De forma paralela, el jefe del Ejecutivo también comunicó que están trabajando para implantar la vacunación obligatoria a partir de febrero de 2022. Cabe recordar que el austríaco es uno de los países europeos que presenta una de las tasas de vacunación más bajas: 63,88% de la población diana con pauta completa, 68,2% con al menos una dosis.
 


 

"Tenemos que apoyarlo"


Desde la Asociación de la Industria Hotelera de la Cámara de Comercio de Austria (WKÖ) afirman que si bien la decisión supone un daño considerable para el turismo, no tienen otra opción más que aceptarlo. "Tenemos que apoyarlo. La seguridad es la nueva moneda del turismo", afirma Susanne Kraus-Winkler, presidenta de la entidad.

Admite que dan por perdidas las clásicas vacaciones de Navidad y que, como mucho, pueden esperar que la industria despegue en la segunda mitad de enero. "Esperamos que todavía se pueda salvar algo", señala. Mientras esperan apoyo económico del Gobierno con tal de poder sortear el golpe que supone el cierre temporal.

Lo cierto es que ya habían sufrido una ola de cancelaciones desde Alemania —uno de sus principales mercados— después de que el gobierno germano calificase a Austria como destino de alto riesgo, imponiendo nuevas restricciones de viaje.