Durante la jornada del viernes 17 de mayo, un total de 8 aviones no pudieron aterrizar en el Nuevo Aeropuerto de Estambul (Turquía), teniendo que ser desviados al aeródromo militar de Çorlu. Las condiciones meteorológicas pusieron en un brete a los pilotos que, según el periodista Özlem Akarsu Çelik, se estaban quedando sin combustible, pudiendo haber producido un desastre.

Según se hace eco Tele1, el calificado como mayor aeropuerto del mundo ha sido construido en una zona de fuertes vientos y constante niebla que dificultan su operatividad. Pilotos experimentados apuntan a que la situación empeora si se tiene en cuenta que las instalaciones estambulíes no cuentan con un radar meteorológico, algo de lo que sí disponen “otros aeropuertos avanzados”.

Cuando se inauguró, el pasado 6 de abril de 2019, se anunció que las aerolíneas recibirían información meteorológica en tiempo real, sin embargo, los pilotos denuncian que estos sistemas no están disponibles. Una fuente consultada por el citado medio insiste en que pese a que se ha dicho que este aeropuerto iba a ser más grande y mejor “hay mucho trabajo que hacer” con respecto a los sistemas de aproximación que “no funcionan correctamente”.

Asimismo, los profesionales insisten en que el problema se agravará en invierno y que los problemas para aterrizar generarán cargos adicionales para las aerolíneas. Ya en 2014 se emitió un informe por parte de la Cámara de Ingenieros y Arquitectos de Estambul en el que se indicaba que el emplazamiento escogido generaría problemas por los microclimas.