Se siguen investigando las causas que llevaron a la muerte de Susan Cooper, agente de viajes de Thomas Cook, y su marido John, de 63 y 69 años, en el hotel Steigenberger Aqua Magic Hotel, ubicado en Hurgada (Egipto). Sin embargo, la situación llevó a Thomas Cook a evacuar a los 300 clientes que pasaban sus vacaciones en el hotel y recolocarlos en otros establecimientos.

Esta reacción de la compañía del corazón amarillo fue imitada por otros turoperadores que ofrecieron a los clientes dejar de alojarse en el Steigenberger.

Según explica el medio Travel Mole, el gobernador de la provincia del Mar Rojo, Ahmed Abdullah, ha afirmado que esta forma de actuar por parte del gigante turístico ha sido “exagerada”. En concreto, sostiene que la empresa, llevada por su intención de garantizar el bienestar de los clientes, ha “sobre reaccionado”.

Asimismo, el gobernador ha admitido que se ha detectado un olor extraño en la habitación en la que se hospedaba la pareja británica fallecida, pero ha revelado que las pruebas han descartado que se haya producido una contaminación por monóxido de carbono.

También ha desmentido las informaciones que apuntan a un incremento en el número de clientes enfermos tras alojarse en el hotel. En concreto ha asegurado que solo 23 huéspedes de 1.995 (1,2%) han solicitado asistencia médica y que muchos de ellos la solicitaron por golpes de sol o tragar agua de mar.