El convenio fiscal entre Portugal y los países escandinavos empieza a estar en riesgo debido a las ventajas económicas y tributarias que el país ibérico otorga a los jubilados nórdicos.

Tal y como informa El Economista, los pensionistas del norte de Europa viven su retiro dorado en Portugal, generando riqueza fuera de su país de origen. Y es que desde el año 2009 para atraer a los jubilados de todo el continente el país luso ofrece ventajosas condiciones como la exención de pagar el impuesto sobre la renta o sobre la riqueza durante 10 años.

El país introdujo los incentivos tributarios hace nueve años en un intento por atraer a ciudadanos expatriados y trabajadores extranjeros altamente cualificados. Pero su atractivo entre los pensionistas con altos ingresos ha sido lo que ha generado la tensión en el interior de la Unión Europea.

Además, la fiscalidad portuguesa saca a la luz la diferencia entre la forma en que los estados de la UE asumen la seguridad social. Por un lado, los países nórdicos permiten a los ciudadanos hacer deducciones de sus contribuciones durante su vida laboral, sin embargo, grava con intensidad los ingresos durante la jubilación. Sin embargo en Portugal, las ventajas fiscales descritas son solo viables para la minoría que cuenta con sistemas de pensiones privados.