La Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur) estima que el país latinoamericano recibirá 1,3 millones de turistas extranjeros en el verano austral (del 21 de diciembre al 20 de marzo), un 38% menos que en el mismo período de 2019. Paralelamente, los viajeros de las ciudades argentinas de Mendoza y San Juan, quienes acostumbran a cruzar la frontera para visitar Chile, buscan nuevos destinos en su propio país, como la costa, la provincia de Córdoba o la Patagonia.

Según ha informado Clarín, este cambio de tendencia entre los turistas argentinos, se debe a las protestas sociales que estallaron en las principales ciudades chilenas el pasado 18 de octubre. De acuerdo con el diario citado, los visitantes temen que las manifestaciones más violentas o la represión policial les afecten.

A todo esto se suma el denominado ‘dólar turista’, que implica un recargo del 30% en las compras que realicen los ciudadanos argentinos en el extranjero, con tarjeta de débito o crédito. Cabe destacar que para contrarrestar esta medida, Uruguay anunció una alternativa: las tarjetas prepagas, que cuentan con los mismos beneficios que las de crédito e implican la devolución de parte del IVA en restaurantes y diferentes compras.

Lo cierto es que en las fiestas de Fin de Año quedó reflejado el descenso de los turistas que viajan a Chile, a través de la frontera. De los datos de la Gendarmería Nacional Argentina, se desprende que en la frontera que une Mendoza con Santiago de Chile se registró un 35% de viajeros menos que en 2018, que son unas 14.500 personas entre el viernes 27 y el martes 31 de diciembre de 2019.

Argentina es el principal mercado emisor de turistas a Chile, por lo que la pérdida de estos visitantes supondría un duro golpe para el país vecino. “Me encantaría ser positiva, pero antes del estallido (social) ya veníamos con un año complejo, con una Argentina, que es nuestro principal mercado, bastante deprimida”, indicó la vicepresidenta ejecutiva de Fedetur, Helen Kouyoumdjian, quien señaló que se prevé la llegada de 500.000 argentinos en 2020, cuando la media ronda los 1,5 millones.