Corbet's Couloir ha sido bautizada como la pista más salvaje de esquí. Lo cierto, es que se encuentra en el pueblo cowboy de Jackson Hole, en pleno Grand Teton National Park (Wyoming), donde se erigen imponentes cumbres por encima de los 4.000 metros.

Según ha informado El Mundo, la pista de esquí lleva el nombre del escalador y esquiador Barry Corbet (1936-2004), que participó en la primera expedición estadounidense al Everest, en 1963, aunque nunca logró conquistar su cima.

Cobert, en una entrevista para la revista Time, manifestó que subía montañas “para evitar los maremotos”. Precisamente, esa obsesión por las alturas le condujo a Jackson Hole, donde se estableció como profesor de esquí y guía de montaña.

En 1960, el presidente de Jackson Hole, Paul Mcollister, le pidió ayuda para estudiar el terreno, pues tenía intenciones de crear una estación de esquí en el lugar. Cuenta la leyenda que, durante la expedición, Cobert señaló a una cornisa de la cara norte, seguida de una pendiente de 40 grados, y vaticinó que aquello, algún día, sería una pista de esquí.

Vídeo: Jackson Hole Mountain Resort

Hoy, ese tubo estrecho cuya entrada se encuentra a 3.130 metros de altitud y cuenta con tan solo medio kilómetro de longitud, lleva el nombre de intrépido escalador. El primero en inaugurarla fue Lonnie Ball en 1967 y, desde entonces, el enclave se ha convertido en uno de los desafíos de los amantes de la nieve y la adrenalina.

La mayor dificultad se encuentra en afrontar la entrada, ya que obliga a superar un salto de entre tres y nueve metros, dependiendo del punto de acceso escogido, así como la imposibilidad de frenar inmediatamente en la zona de recepción.

En 2017 se celebró la primera competición oficial en Cobert, donde hombres y mujeres, esquiadores y snowboarders, participan en una única categoría. El jurado evalúa el nivel de dificultad, originalidad, velocidad, ejecución y fluidez de los atrevidos a dar el salto.

Imágenes de la última competición en Corbet's Couloir | Vídeo:  Jackson Hole Mountain Resort