Alemania es, por excelencia, el país de los mercadillos de Navidad y desde el 19 de noviembre, tiene uno bastante importante para la industria de los viajes: el del aeropuerto de Munich.

Según la revista Condé Nast Traveller, el mercadillo aeroportuario cuenta con cuarenta puestos y 450 abetos naturales que lo decoran. Se pueden consumir allí desde el famoso vino caliente a almendras asadas, y además del tradicional árbol gigante que suele coronar estas instalaciones, cuenta con una pista de hielo de 2.000 con entrada gratuita. Eso sí, los viajeros que quieran patinar tienen que alquilar los patines por una “pequeña” cuantía.

Asimismo, justo al lado, se encuentra una pista para practicar el Eiistockschiessen, un deporte bávaro tradicional, similar al curling.