Una investigación conjunta de los medios internacionales The New York Times, The Guardian, Vice y Süddeutsche Zeitung, ha desvelado que a los turistas que pasan el control fronterizo con el fin de visitar la región de Xinjiang, al noroeste de China, se les instala una aplicación en el móvil con el fin de espiarlos.
Según explican los periodistas que han llevado a cabo la investigación, los agentes fronterizos del paso desde Kirguistán requisan los móviles de los viajeros temporalmente para instalarles un software espía que busca recopilar datos sobre su actividad y buscar contenido ilegal en el dispositivo. Todo ello, sin autorización del propietario del teléfono que es ajeno a lo que ocurre.
En concreto, se recopilan contactos de la agenda, mensajes de textos, correos electrónicos, historiales de llamadas, avisos del calendario, perfiles en redes sociales e información de otras aplicaciones instaladas. Se desconoce el destinario final de todos estos datos. Los investigadores consideran que el fin de este espionaje es detectar los contenidos que en China son considerados peligrosos, como por ejemplo aquellos relacionados con el extremismo islámico, las armas, el Dalai Lama o, incluso, música de algunos grupos de Heavy Metal.
