Son incontables las veces que a lo largo de mi carrera profesional me he encontrado con el mismo debate. ¿Es bueno o malo cambiar de empresa a menudo? Pues bien, voy a soltarme e intentar daros mi opinión y razones.

Evidentemente, todo está vinculado a los intereses de cada uno —como todo en la vida— y, a pesar de que unos intentan darle un toque romántico a determinados temas, la verdad es que el interés individual, partidario, profesional, empresarial, deportivo, social, político, etc. es lo que mueve el mundo. El interés puro y duro. Obviamente, hay intereses buenos y otros no tan buenos.

Cuando tienes claro que de ti depende una serie de personas como puede ser tu familia, el interés a la hora de decidir qué rumbo profesional coger estará basado principalmente en unas necesidades básicas para satisfacer tus responsabilidades más inmediatas; por ejemplo, tener claro cuál es tu mínimo sueldo que puedes aceptar y tener una vida laboral sana, equilibrio de los tiempos entre trabajo, ocio y vida familiar, estabilidad, etc.
 

Vida familiar, salud y estabilidad

Vida familiar, salud y estabilidad

El 99% de las empresas, si les gusta tu perfil, intentarán convencerte de que vas a fichar por la mejor del mercado, con la que mejor trata a sus empleados, con la única que tiene una cultura definida y una filosofía clara, pero al final es pura necesidad o interés; y no lo critico, simplemente es una realidad. Todas tienen el mismo discurso y en todas te marcharás por lo mismo y suele estar siempre vinculado a tu jefe más directo o al que está por encima de este. Por más que quieras buscar otras cosas, al final todo te llevará a eso, no hay más, siempre y cuando hayas sabido encontrar y negociar el equilibrio personal que comentaba en el párrafo anterior, lo cual supone otras opciones añadidas a tu marcha.

 

¿Te suma o te resta en una entrevista de trabajo que hayas pasado por muchas empresas? 


Pues verdaderamente a mí me importa muy poco lo que pueda pensar un reclutador al respecto. Como decía al principio, todas las empresas son iguales y todas miran por sus propios intereses, el sector de los reclutadores ya ni te cuento. ¿Por qué no voy a mirar yo por los míos o por lo que me apetece hacer en cada etapa o momento determinado de mi vida, que, por cierto, solo es una?

En la NBA y el futbol profesional, como en tantos otros deportes de elite, especialmente los que se juegan en equipo, los jugadores y entrenadores van y vienen, entran y salen de los clubs sin que nadie se cuestione el porqué. Es interés puro y duro, intereses económicos por parte de unos, publicitarios por parte de otros, el caso es que cada año, cientos de profesionales de la elite en determinados deportes, están negociando con otros clubes, algunos confidencialmente y otros al descubierto poniendo en escena su malestar con la directiva, ejecutivos o el propio entrenador. También los entrenadores están en el candelero de la oferta y la demanda cada año y en las mismas fechas, ¿Cuál es el problema?, Ninguno, no lo hay. Es la ley de la oferta y la demanda a cara descubierta. ¿Por qué crear entonces un tabú en otros sectores de la sociedad y especialmente en el sector de la Hospitalidad, hostelería incluida?
 

Nikola Mirotic al fichar por el FC Barcelona. Foto oficial FC Barcelona

Nikola Mirotic al fichar por el FC Barcelona. Foto oficial FC Barcelona

Especialmente en este oficio —y por salud mental—, creo que es recomendable no estancarse demasiado en una misma empresa. Yo, particularmente, hace ya un tiempo decidí no pasar de los 2 años en una misma compañía. Dos años es más que suficiente para poner en marcha un proyecto, crearlo, definirlo, retocarlo, modificarlo, mejorarlo, estandarizarlo y delegarlo. Esta forma de ver los intereses profesionales me tienen al 100% siempre y, cuando acaban esos 2 años, arrancas con un proyecto nuevo y con la misma intensidad. También he de decir que en algunas he estado más de dos años y en otras menos, depende de lo comentado anteriormente. Y yo decido cuando se acaba, hasta hoy jamás me han echado de ninguna empresa.

Lo que está claro, si tienes idiomas, (que hoy por hoy es fundamental, especialmente el inglés) es que viajar es necesario, lo cual te curte como persona y te culturiza el carácter, otorgándote un chip de adaptación a cualquier ambiente o situación independientemente de la cultura o religión que se practique. No consigues crear una zona de confort, más bien creas burbujas de experiencia que se juntan con el conocimiento, el aprendizaje continuo por el mero hecho de tratar constantemente con todo tipo de personas, filosofías, culturas, distintas razas, clase social, con distintos signos ideológicos y religiones como comentaba.

 A lo largo de mi carrera profesional me he recorrido España en todos sus rincones; Europa de punta a punta, pasando por Francia, Alemania, Suecia, Italia, Austria o Reino Unido; también por Cuba, República Dominicana y Jamaica; Uzbekistán y ahora toca Egipto, donde me encuentro mientras escribo este artículo. Esto me ha permitido conocer a miles de personas con quienes en un alto porcentaje mantenemos el contacto de una forma u otra, mi familia también ha podido conocer parte de esos destinos gracias a mi profesión, y al final, vas creando una red de contactos de toda clase social y económica en distintos continentes que no tiene precio… eso me ha permitido cocinar para un grupo de amigos en una barbacoa un domingo por la tarde y al mismo tiempo, no dormir en 48 horas para dar un servicio presidencial en otro punto del mundo. Esta es la grandeza de este oficio, podemos estar con el mismo porte en cualquier situación y sin perder la emoción. ¿Verdaderamente crees que me puede afectar que un reclutador vea mi filosofía profesional de manera negativa?

 

 

También tengo amigos que llevan 5,10 e incluso 20 años en la misma empresa y que, poco a poco, han ido escalando posiciones hasta ser hoy piezas fundamentales de la misma y por supuesto unos auténticos cracks en lo que hacen, pero lo que un profesional viajado y curtido en experiencias puede aportar a una empresa hoy en día, por su capacidad de adaptación, conocimiento de distintas y variadas filosofías de trabajo y además con la sinceridad desde el minuto cero, que hay fecha de caducidad, tampoco tiene precio para las empresas y si a mí me toca decidir quien me acompaña en el camino, aunque sea a tiempo determinado, siempre será con el que más experiencias haya vivido.

¡Así que, sigue tu instinto y no dejes de viajar!

 

Víctor Rocha López es Corporate Chef F&B Culinary trainer. Autor del libro 'El humo que todo lo quema'.