New York, una ciudad para repetir unas cuantas veces

Marzo es un mes en el que en nuestra familia celebramos cumpleaños tanto mi mujer, Mercedes, como yo; y como siempre solemos hacer, nos reunimos con nuestros hijos para celebrarlo en un almuerzo y en el 2018 no fue distinto. Una vez concluida la comida en un restaurante conocido de la zona, nuestros hijos se disponían para el momento de los regalos, pero solo había una caja como de zapatos. Yo pensé: "este año no me caen ni calcetines". Abrimos la caja y empezamos a ver que sólo había papeles, pero una vez que los leímos, descubrimos que eran unos billetes para New York para Mercedes y para mi. ¡Wow!, ¡no eran calcetines!, ¡madre de Dios, vaya regalazo!

No podíamos contener la euforia cuando seguimos indagando en la caja, que todavía tenía más papeles: un vale para 8 noches de hotel en Times Square. Se apoderó de nosotros una felicidad total de agradecimiento que nos duró para siempre. Y así terminamos el día llenos de alegría por empezar a preparar las vacaciones a New York un mes más tarde.

Llegó abril y salimos rumbo a New York con escala en Madrid, el viaje fue estupendo y llegamos sin incidencias al aeropuerto JFK. Pasamos los controles pertinentes y cogimos el taxi directos al hotel, que no estaba cerca de Times Square sino en el mismo corazón. Una habitación sencilla y pequeña pero suficiente para reponer fuerzas y dormir. Sencillamente alucinante tanto la llegada como la cantidad de gente que había en las calles. Hacía frío pero se soportaba estupendamente.

Pasamos 8 días de ensueño visitando un montón de lugares que Mercedes previamente ya había preparado y así pasó el tiempo, día para allá y día para acá. Así, visitamos por ejemplo el museo de las Torres Gemelas, increíblemente bello y emocionante; y subimos al Oneworld, otra experiencia única, desde donde se divisa todo el esplendor de New York. También recorrimos Manhattan, el centro financiero, la calle de los diamantes, Central Park y todos los aledaños que hemos visto en infinidad de películas y que pensábamos que eran de decorado. En Brooklyn visitamos el barrio judío y en el Bronx estuvimos en un partido de los Yankees, impresionante estadio y emocionante el momento inicial de los himnos. Eso si es respeto al himno nacional.

En fin, una experiencia que no hemos olvidado y que en caso de repetir un viaje a un destino que ya hayamos visitado, será New York. De hecho, no descartamos volver en cuanto se normalice la situación y el coronavirus nos abandone para siempre. Lo primero que voy hacer es preparar ese viaje y animo a que todos a que empiecen a a diseñar en su cabeza la próxima visita a un destino.

Fuera coronavirus, fuera miedo a volar, bienvenido el placer de viajar y encontrarte con un montón de gente. ¡Que felicidad tan pura!