Cuando los medios, incluso los especializados se refieren a la competencia citan a Turquía, Egipto y Túnez y a veces a Grecia. Compiten con nosotros  para captar turistas europeos, y americanos en el último caso.

Cuando se refieren al turismo asiático la competencia es Francia, Italia, Gran Bretaña y otros similares. Pero va a ser que no. La verdadera competencia está en su casa. Esos 1.400 millones de viajes de turistas internacionales representan solamente una quinta parte de los movimientos turísticos. Los viajes con pernoctación dentro del propio país fueron más de 6.000 millones el pasado año. Además, habría que restar en el primer caso más de 100 millones de viajes de los chinos a destinos donde no necesitan pasaporte, Taiwán, Macao, Hong Kong… un extranjero ficticio, y sumarlos a los nacionales.

Turista chino

Turista chino

Es lógico. China, India o Estados Unidos son verdaderos continentes donde hay mucho que ver, familiares que visitar, parques de atracciones  y, en general, un idioma más o menos común.

¿Pero Europa? Pues más o menos lo mismo. Los alemanes, que salen  mucho fuera de sus fronteras – su economía se lo permite, vamos a ver hasta cuando- viajan mucho más dentro de ellas. Magnificas playas en el Báltico, lagos, montañas, pueblos que parecen medievales, ciudades medianas llenas de historia y grandes llenas de museos, mercadillos navideños , festivales musicales y, sobre todo, magnificas estructuras de comunicación y seguridad con un sistema de alojamiento con tantas habitaciones como España y que incluye una gran variedad de hoteles, pensiones, casas rurales e infinitos bares y restaurantes. Y todo ello a precios razonables.

¿Y qué decir de Francia o de Italia? Vale todo lo anterior pero con más playas, mejor clima, cultura infinita, gastronomía y vinos sin límite y la casa en el campo que todavía muchas familias guardan para el verano.

Castillo en Francia

Castillo en Francia

El caso de Gran Bretaña es solo ligeramente distinto. Allí hay más tradición de viajar fuera, solo los ricos tiene segunda residencia, las infraestructuras son peores y la oferta culinaria y enológica de peor calidad pero evolucionando positivamente. Pero incluso allí, Escocia, Gales, el Oeste de Inglaterra son importantes destinos turísticos para los locales.

Y así podríamos seguir país a país, pero voy a subrayar uno que conozco bien: Suecia. Los suecos veranean en Suecia. Miles y miles de kilómetros de costa, tanto en el continente como en las infinitas islas; playas y playas y playas tanto en el Atlántico como en el Báltico y una tradición de irse a la “stuga”, esas casitas de madera, en general rojas, que vemos en todas las películas. Cada familia -y aquí no hay esa distinción de clases a lo británico- tiene la suya, que con el paso de los años se han ido convirtiendo en verdaderas casas de veraneo, o cerca del mar o e uno de los cientos de lagos rodeados de frondosos bosques. Y, además, hay cerca de un millón de barcos, barquitos, lanchas para una población solo diez veces superior. Sí, claro, el clima no ayuda siempre, pero la luz, esa luz inmensa del verano te anima a salir aunque sea con un chubasquero. Y el agua del mar esta templada gracias a las muchas horas de sol, aunque sea tibio. Por supuesto los almuerzos son más modestos y el vino se guarda para las ocasiones aunque cada vez más habituales, pero el espacio es infinito, el silencio respetado y las gentes infinitamente respetuosas, entre sí y con la naturaleza. Las vacaciones fuera se reservan para el invierno. No es de extrañar que el “flygskam” empiece a tener efectos.

Un verano sueco: de San Juan a los Cangrejos

Stuga en Suecia

Todos los expertos estudian las políticas de nuestros competidores y hablan y escriben sobre los turistas “prestados”, pero deberían empezar a estudiar las políticas de los principales emisores de turismo para que su gente se quede en casa, especialmente a nivel local. Los entes de promoción locales de algunas ciudades y regiones hacen un magnífico trabajo en Estados Unidos y Suecia, por ejemplo, y solo se dirigen a la clientela nacional.

Si pensamos de esta manera, nos daremos cuenta de que todos los turistas son prestados y no solo eso 4 millones anuales que se fueron a los destinos citados al principio.

Y como se debe hacer con todo lo que no es nuestro, hay que cuidar al máximo a todos esos turistas prestados para poderles verdad “espero que se encuentre Usted como en casa”.