Llevo 35 años en este sector… y, curiosamente, he hecho muy pocos fam trips.

Dos razones principales:

  • Mi etapa como agente de viajes fue breve (me faltaba algo fundamental para ser realmente bueno en ello… pero eso lo contaré en otro post).
  • Y, sobre todo, porque durante años pensé (erróneamente) que siempre era mal momento, que la empresa no funcionaría sin mí. (¡Menuda estupidez!).

Rechacé viajes increíbles por “responsabilidad”. Que luego me los tuve que pagar yo…

Hace años había una percepción generalizada de que en los fam trips había más cachondeo que formación, que no se definían objetivos claros y que su impacto era más bien dudoso. Algo de eso había… hay que reconocerlo.

Pero con el tiempo, todo eso ha cambiado. (como tantas cosas en el sector).

Hoy, los fam trips han evolucionado y, si está bien diseñado, tiene un propósito claro: inspirar, emocionar, conectar y formar. Y…

  • Forman de verdad: permiten vivir el producto, el destino, la experiencia.
  • Fidelizan: construyen relaciones personales y profesionales de largo recorrido.
  • Inspiran: deben tener una narrativa poderosa.
  • Y son una inversión: en conocimiento, marca, equipo y resultados. No un gasto.

Cuando se hacen con propósito, los fam trips generan historias, vínculos… y ventas a futuro.

Así que sí: ¡Bienvenidos los fam trips! Pero que sean grandes experiencias, con sentido y con retorno.

PD: Ojo, que el cachondeíto no ha desaparecido… ¡Y menos mal! Pero ahora está todo mucho más equilibrado. Y un dato incuestionable: los agentes de viajes ya no tienen 28 años (aunque algunos seguimos con el espíritu de entonces).

PD: Hay operadores que siguen haciendo los fam trips como hace 30 años, mientras otros, lo bordan. (y no, no es una cuestión de presupuesto)

✈️ ¿Cuál ha sido el FT que más te ha marcado?

 

*Fernando Moreno es Consultor de Marketing Turístico