Hay que ser prudentes porque nuestro sector no aguanta una cuarta ola”, señala Juan Miguel Ferrer, CEO de Palma Beach (Mallorca), en una entrevista en exclusiva para Tourinews. Palma Beach es una marca de calidad, creada en 2016 por un grupo de empresarios de Playa de Palma, que engloba a las principales empresas turísticas de la zona y que busca regenerar y reposicionar la zona mallorquina como un destino de excelencia.

Tras la ligera reapertura turística del pasado fin de semana en Baleares, el objetivo de Palma Beach es aplicar todo lo que han aprendido durante este año de pandemia. “De alguna forma, necesitábamos un pequeño soft opening para aplicar todo esto e ir cogiendo velocidad de crucero”, apunta Ferrer. No obstante, también pide prudencia porque el objetivo debe ser el verano y no en Semana Santa: “Por dos o cinco días no vamos a salvar la temporada, todo lo contrario. Prudencia, porque lo que queremos es salvar la temporada de verano”.

Según el CEO, las medidas de seguridad tomadas en Mallorca para la reactivación del turismo están siendo rigurosas y se están desarrollando adecuadamente, aunque la preocupación de los empresarios está en “el comportamiento y la imprudencia” de los residentes, más que en las zonas turísticas.



 

Pregunta (P): ¿Qué es Palma Beach?

Respuesta (R): Palma Beach es un sello de calidad que se crea por la necesidad de reformar un destino turístico maduro y transformarlo en una versión 2.0. Consiste en poder recrear una zona turística para crear una sostenibilidad económica que nos vuelva a aguantar 20 o 25 años como modelo y, así, poder entusiasmar al resto de empresas para que pudieran acompañar a este sello de calidad. Empezamos con unos estatutos muy claros sobre quién podía y quién no podía entrar, eran todas empresas que apostaran por la zona y en su reinversión. Ahora somos 52 marcas o empresas que estamos involucrados en el sello.

P: El fin de semana pasado comenzaron a aterrizar en Mallorca aviones con turistas procedentes de Alemania, ¿cómo están funcionando los protocolos en el Aeropuerto Internacional de Son Sant Joan?

R: La verdad es que bien, están siendo rigurosos y se está haciendo un gran esfuerzo, a pesar de que todavía no hemos adoptado la tecnología necesaria, que debíamos haber adoptado en toda Europa durante este año, ni tenemos aún un pasaporte sanitario. Dentro de que nos merma esa parte tecnológica, se está haciendo bien. Los turistas tienen que rellenar obligatoriamente una declaración responsable, que se está haciendo telemáticamente y que genera un código QR que se presenta a la llegada al aeropuerto. Los viajeros internacionales o que no sean residentes en las islas, tienen que venir obligatoriamente con un PCR negativo, con una validez de 72 horas. Si no se cumple, se enfrentan a medidas más duras. Este PCR se exige en origen, por lo que las medidas se empiezan a tomar desde allí, que es algo importante. Nosotros también somos origen en salida, lo que significa que tenemos que facilitar la manera de que todos estos turistas que nos visiten tengan una forma sencilla de obtener este PCR para regresar a sus países. Aquí es donde yo creo que está el desafío, en cómo poder hacer que la movilidad sea lo más segura posible, hasta que todos estemos vacunados.
 

Palma Beach Relax

Palma Beach Relax

P: Y en el resto de los medios de transporte, ¿se están aplicando protocolos?

R: Sí, la mascarilla y el gel hidroalcohólico son elementos básicos en sitios como autobuses y taxis. Presentando el PCR estamos evitando el riesgo a niveles altísimos, pero, aun así, hay que seguir tomando el resto de medidas. Lo importante en las islas es que su geografía impide entrar por vía terrestre, tenemos estos filtros que son los aeropuertos y puertos, y si el filtro ahí es bueno, como está siendo ahora mismo en Mallorca, entonces tenemos ganado un altísimo porcentaje de no tener infecciones, que es nuestro objetivo.

P: ¿Ve algún eslabón débil en esta cadena de seguridad sanitaria que se ha diseñado?

R: El eslabón débil es el de siempre: el comportamiento y la imprudencia de las personas. Los residentes tenemos que ser conscientes y capaces de no transmitir el virus entre nosotros, porque de nada sirve cerrar la hostelería, pero que luego se hagan botellones o fiestas privadas. Hay que respetar los protocolos hasta que estemos vacunados. Quedan dos o tres meses de último sprint para que vayan vacunando a un 30 o 40% de la población, más la que lo ha padecido, más la gente joven que, de alguna forma, tiene menos riesgo que las personas mayores… Hay que tener prudencia. Esto que ha hecho Mallorca ahora mismo es un ultra soft opening. En Palma Beach abrimos en abril, pero sin pensar en la Semana Santa. Nuestro objetivo es aplicar todo lo que hemos estado aprendiendo durante este año, con la prueba que hicimos con el corredor turístico, que fuimos los primeros en hacerlo y hemos aprendido mucho. Eso creo que nos da cierta ventaja con respeto a muchos otros destinos. También hemos continuado formando a nuestros equipos y exigiendo más medidas higiénicas y sanitarias en todos nuestros locales. De alguna forma, necesitábamos un pequeño soft opening para aplicar todo esto e ir cogiendo velocidad de crucero. Por eso, nos sorprende que se pueda creer que nosotros queríamos a aprovechar la Semana Santa. No se puede ser tan imprudente. Es decir, por dos o cinco días no vamos a salvar la temporada, todo lo contrario. Prudencia, porque lo que queremos salvar es la temporada de verano.

Llegadas aeropuerto | Foto: RTVE.es

Llegadas aeropuerto | Foto: RTVE.es

P: ¿Cómo se puede incidir en el comportamiento de los turistas, una vez ya están en Mallorca y han superado los requisitos para viajar?

R: Yo creo que el visitante ya viene concienciado. Merkel ha recomendado no viajar así que, el que lo hace, lo hace como un acto de responsabilidad tremenda. Y más viniendo de países nórdicos. A mí el que más me preocupa es el residente. Nosotros tenemos una incidencia baja, pero a la mínima que vuelva a haber fiestas privadas, botellones o demasiada movilidad, se pueden producir repuntes. Lo que más me preocupa es que nosotros seamos capaces de infectarnos otra vez nosotros mismos. A mí las zonas turísticas no me preocupan porque son zonas exteriores, con playas, terrazas y hoteles muy grandes, en las que se garantiza el distanciamiento y las medias higiénicas y sanitarias. El personal lleva ya un año con mascarillas y trabajando en estas circunstancias, por lo que está bastante concienciado también. Entonces, lo que me preocupa es la imprudencia de los residentes y que no seamos conscientes de que esto no ha acabado. Los comportamientos a nivel interno y local me preocupan más que el comportamiento que puedan tener los turistas. Yo no veo, ahora mismo, turismo de borrachera ni turismo de masas. Lo que veo es turismo deportivo y gente que viene a relajarse. Hay que ser prudentes porque nuestro sector no aguanta una cuarta ola.