La cadena hotelera Travelodge ha publicado una lista de las peticiones más extrañas o ridículas realizadas por los huéspedes británicos en los últimos 12 meses. Para recoger estas anécdotas han encuestado a los trabajadores de sus 552 hoteles de Reino Unido. Entre la recopilación de exigencias se encuentran las siguientes:

Un huésped en el hotel Cardiff Central pidió al personal que si podían provocar que nevase a la mañana siguiente para conseguir la “boda blanca” que deseaba. El tiempo atmosférico parece ser una de las principales preocupaciones de los clientes, ya que otro del Covent Garden pidió a la plantilla que se asegurase de que el sol brillaba fuera de la ventana de su habitación.

El cuarto de baño es otro “punto caliente”. “¿Pueden llenar mi baño con leche fresca de cabra?” o “¿Pueden rellenarlo con bolas de helado de diferentes sabores como regalo para el 40º cumpleaños de mi mujer?” son algunas de las solicitudes más desconcertantes.

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Los viajeros son también peculiares en lo que se refiere al aparcamiento: "¿Pueden darme un edredón para arropar a mi Ferrari fuera? No le gusta el frío”. Aunque el caso más particular es el del huésped que llamó para solicitar la latitud y longitud del hotel con el fin de aterrizar en él con su helicóptero.

La boda real también fue protagonista de la petición de un cliente del Windsor Central que pidió a los trabajadores del hotel que “hiciesen cola para ver la boda de Harry y Meghan” mientras el dormía.

Y la cosa va de casamientos ya que otro solicitó que los delfines del hotel bailasen a las 21:00 horas mientras el pedía matrimonio a su novia. Por su parte, otro cliente de Liverpool pidió que los trabajadores del hotel tocasen vestidos como los Beatles para la boda de un amigo, puesto que se habían quedado sin banda.

En lo que se refiere a viajeros de negocio hay desde los que piden un taxi acuático para “cruzar el río” y evitar el tráfico denso para llegar a tiempo a su reunión hasta los que solicitaron que los trabajadores del alojamiento se uniesen a una videoconferencia con Nueva York “para conseguirles algunos minutos”.

Pero desde Travelodge destacan como la más extraña la de un cliente que pidió mejorar su buena suerte: “Por favor, ¿podéis renombrar la cuarta planta antes de mi estancia? Es que es un número desafortunado en mi cultura. ¿Y poner 8 dragones dorados en mi habitación para la buena suerte?”