En la playa gijonesa de San Lorenzo, una de las más emblemáticas de Asturias, aparece de forma recurrente, una gran mancha de carbón. Las últimas veces, el jueves y el domingo pasado. No es un misterio, pues los geólogos del Observatorio del Arenal afirman que son restos de un barco, el Castillo de Salas, que encalló en la costa en 11 de enero de 1986, con 100.000 toneladas de carbón a bordo. 

El buque se partió por la mitad cuatro días después de su hundimiento. A pesar de que de inmediato se empezó a extraer el combustible, se vertieron unas 20.000 toneladas de carbón, que causó una gran contaminación. 

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En la primera partida de limpieza esta semana se recogieron 3 toneladas de sedimentos con la ayuda de palas y un camión. 

Cabe destacar que la playa de San Lorenzo consiguió en 2010, la bandera ‘Ecoplayas’, en reconocimiento a la calidad de servicios y aguas. A su vez, en 2011 consiguió el reconocimientoQ’ de Calidad Turística.

Los vertidos afectan con cierta asiduidad a playas de toda España. En 2016, 500 metros de la costa de Algeciras se vieron afectados por un derrame de petróleo de Cepsa. Por otra parte, el pasado verano, señalaron a Galicia como la comunidad con más playas contaminadas de toda España.