De ?cáncer?, ?lacra?, ?plaga? y ?catástrofe sin precedentes? para el sector turístico se ha tildado en las últimas semanas al creciente fenómenode los alquileres vacacionales. Una modalidad que, pese aser calificada de ?nueva?, ha sido práctica habitual desde hace décadas sin que haya producido los efectos que ahora causa. La crisis y un cambio legislativo son la única novedad que ha complicadoeste mercado, así como la multiplicación de los portales a través de llos que se comercializan la oferta.

Más allá del apocalíptico lenguaje con que hoteleros y extra hoteleros auguran todo tipo dedesgracias relacionadas con esta competencia desleal, lo cierto es que bajo ella se escondenrealidades muy distintas. Por un lado, están las segundas viviendas de particulares que ?de toda la vida? se ha alquilado a extranjeros y han permitido a un buen número de canarios sufragar gastos y caprichos gracias al turismo. Y a la que se ha sumado otro volumen de viviendas, incluso de primer uso, como única vía de subsistencia para la depauperada clase media que al perder el trabajo se quedó sin ingresos para pagar la hipoteca o sobrevivir.

En el otro supuesto se incluye la ampliacartera de viviendas de entidades financieras e inmobiliarias, que han inundado masivamente los portales digitales de reservas. Un stock de casas vacías que se ha derivado hacia el negocio turístico. Solo en Canarias existen más de 138.000 viviendas vacías, según el último censo del 2011, y muchas de ellas se encuentran ubicadas en núcleos turísticos.


Éste es el principal factor queha distorsionado un mercado que, hasta ahora, funcionaba legalmente al amparo de la Ley deArrendamientos Urbanos. El origen de la crispación a que ha llegado ahora el problema tiene que ver precisamente con su reforma, que el Gobierno central realizó en 2013. Fue el propio lobbyhotelero el que presionó para que este cambio legislativo excluyera a las viviendas alquiladas por menos de seis meses.

En la nueva norma, el Estado delegó además estas competencias en las autonomías, colocando sobresu tejado una pelota difícil de gestionar y desregularizando de hecho una creciente actividad económica, porque no había aún normativa autonómica para controlarla. Ante este vacío legal, el alquiler vacacional legal pasó a ser alegales, al tiempo que en paralelo crecía una bolsa de oferta de viviendas que, para eludir las responsabilidades fiscales, se alquila en la economía sumergía. 

«El Gobierno creará un registro para inscribir a aquellas que cumplan los requisitos mínimos».                                                                                             «Las sanciones se disparan por el vacío legal y la publicidad on line de la oferta».

Madrid, Baleares y Barcelona han puesto ya en marcha, y no sin dificultades, sus normas, mientras otras como Andalucía y Canarias ultiman sus decretos. Paulino Rivero se comprometió con el sector afectado, que se ha organizado en asociaciones, enregularlas antes de finalizar el año. Para ello, el próximo día 10 de noviembre se celebrará una nueva reunión con los propietarios de estas viviendas para analizar el alcance del decreto, que establecerá requisitos como la obligación de alquilar por un mínimo de cinco días de estancia media para ser considerados como actividad turística legal y poder ser incluidos en el registro que se cree al efecto.

Pero esta oferta escapa al control público no sólo por falta de regulación, sino también porque el negocio on line favorece la picaresca. La proliferación de plataformas de comercialización hace muy difícil encontrar soluciones para un mercado altamente intermediado: ?Aquí cabe aplicar lo de que no se lepueden poner puertas al campo?, señaló en Tenerife el presidente de Exceltur, Amancio López.

Pero la publicidad de los alquileres vacaciones a través de las diferentes webstambién facilita la labor inspectora y se ha traducido en un aumento significativo de las sanciones. El riesgo de multas ?que van de 18.000 a 60.000 euros- es tan real que entre los afectados ha cundido el miedo y no pocos han optado por sacar sus viviendas de las redes digitales o comercializarlas a través de agentes intermediarios autorizados. Pero esta vía de legalización de la oferta encarece su precio, con la consiguiente pérdida de competitividad de su producto ante el exceso de demanda. 

Más allá de esta primera solución, la sanción, los hoteleros reclaman aún más contundencia: "exigimos a los Gobiernos que apliquen medidas de choque para acabar con esta lacra?, dijo Juan Molas, presidente de los hoteleros españoles. Éstos recurren a todo tipo de argumentos para poner coto a una actividad que, dicen, les resta ocupación y, por tanto, ingresos. La seguridad es una su principal defensa, aunque también reivindican el derechos de los vecinos frente a los ruidos o el de los propios turistas frente a los fraudes. Además, añaden que esta oferta ?no aporta apenas puestos de trabajo más allá del reparto de llaves y la limpieza?.

También los extra hoteleros han levantado su voz en contra de una práctica que a ellos si les perjudica en mayor medida que a los hoteleros, de tal forma que desde el pasado año vienen presentando numerosas denuncias ante la inspección: ?esta actividad incontrolada perjudica a todo el destino y a quienes trabajan por la excelencia turística?, ha señalado Luis Bravo de Laguna, presidente de la AEBAT. Y considera que ?lucharcontra esta oferta es tarea ardua y complicada?. También para el Gobierno canario se trata de ?un problema delicado y sobre el que además no es posible ofrecer cifras precisamente por la ausencia de censo?.

Los datos que ofrece el INE sobre el tipo de alojamiento que escoge el turista cifran en el10% losque optan por quedarse en casas de ?amigos o conocidos?. Un concepto que no distingue entre la oferta legal e ilegal y que ofrece la increíble cifra de 11 millones de extranjeros (sobre 58 millones que llegó a nuestro país en lo que va de año) con amigos en España. También los afectados recogen esta cifra, sosteniendo que opta por esta modalidad 1,3 de los 12 millones de turistas que vienen al año: ?no somos intrusos, somos una opción más. Somos más de 52.000familias canarias las que dependemos directamente de estos ingresos?, reiteran representantes de los afectados. Y defienden su derecho a alquilar ?de particular a particular? para obtener unos ingresos que, añaden, ?es 100% para los canarios?.

PORTALES DE PAGO A COMISIÓN... Y HASTA GRATIS

Cientos de miles de viviendas compiten en el mercado digital a diario para que los viajeros queoptan por la modalidad de alojamiento en casas de alquiler las escojan. Un negocio altamente rentable para los portales que siguen creciendo dada la amplitud de la demanda y la oferta. Los hay de pagos, entre los que destacan para el mercado español dos: la norteamericana Homeaway,especializada en viviendas de lujo y que cobra una cuota anual de hasta casi 600?, y la española Rentalia, que por 300? permite subir hasta diez propiedades durante tres meses. Pero la mayoría van a comisión, con porcentajes que oscilan entre el 3 y 20%. Entre ellas, destacan dos españolas: Niumba y Only Apartament; y varias europeas: la alemana Atreveo, la británica Housetrip o la suiza Interhome. 

Y, sobre todo, el gran referente mundial de reservas para todo tipo de alojamientos: Booking. Pero este mercado de solapación de intermediarios admite hasta el gratis total a través de diversos mecanismos de picaresca. El caso más extremo lo representa el caso real de un agente inmobiliario que se ofrece como intermediario a través de Facebook y cuando se le reclama la oferta de viviendas recurre a la cartera de alquileres vacacionales de segundamano.com: localiza un alquiler que se ajusta a la solicitud de precio y condiciones del cliente, lo negocia con su comisión y acompaña al viajero a recibir la llave. En esta modalidad, se está alquilando un número significativo de pisos para estancias cortas a clientes del norte de África, sobre todo de Marruecos y Mauritania. Pero la modalidad de alquiler vacacional también se está utilizando para atender la demanda deestudiantes extranjeros que vienen a la isla por estancias cortas, por ejemplo, acogidos a losprogramas Erasmus.