Los profesionales del sector turístico se enfrentan día a día al reto de adaptar sus servicios a las nuevas necesidades del usuario. En este sentido, la tecnología juega un papel muy importante. Han sido muchos los cambios que ha sufrido el sector para adaptarse a los avances tecnológicos pero, según un estudio del comparador Skyscanner sobre el futuro de los viajes, aún queda mucho camino por recorrer. 

Según los datos recogidos, el hecho de reservar por internet o disponer de servicios con un clic es tan solo el aperitivo de lo que la personalización de contenidos y la inteligencia artificial pueden acabar por servir. El informe asegura que en 2024 la compra de un viaje será una experiencia mucho más sencilla y práctica de lo que es ahora.

El tiempo comparando precios de billetes y compañías será eliminado por un agente electrónico que ya conocerá los intereses y las preferencias de los usuarios. El e-agent será un holograma en 3D que podrá tener la cara y la voz que se escoja y que aparecerá en cualquier entorno virtual disponible, siempre que se le de la orden verbal.

Según Alistair Hann, responsable de tecnología de Skyscanner, el agente electrónico podrá traducir simultáneamente las palabras de un chino o la carta de un restaurante ruso. El e-agente llegará en 2024, pero para disponer de tecnologías similares no tendremos que esperar hasta tal fecha. Desti, por ejemplo, es una aplicación que aprende de las conversaciones que tiene el viajero. O Sami, diseñada para ayudar al usuario a llevar una vida saludable. 


En España ya existen aplicaciones con realidad aumentada orientadas a la experiencia turística como Guideo, que permite recrear escenas y monumentos del pasado. Algunas ciudades como Cádiz, Málaga o Sevilla ya la utilizan.  Guidekick es la aplicación de Google Glass que recrea los monumentos históricos en una época concreta. En la ciudad de Burdeos cuentan con una innovación única, Imayana, que consiste en una pantalla que los turistas pueden alquilar y que les permite viajar al pasado y conocer cómo era la ciudad en el siglo XVIII.


Otro de los avances señalados por el estudio es que los viajeros podrán disfrutar de la posibilidad de visitar virtualmente el destino escogido antes de visitarlo. Una visita al museo más importante de la ciudad, un paseo por los monumentos emblemáticos o disfrutar de un bonito paisaje, todo será posible gracias a la realidad aumentada.

Un software analizará las reacciones del usuario y valorará así si el destino tiene posibilidades de éxito para la persona en cuestión. Es decir, el usuario sabrá si el viaje será de su agrado antes de llegar a su destino. Es cierto que aunque una imagen valga más de mil palabras, hay sensaciones que se escapan, pero el futuro ya se ha adelantado a esta apreciación. La respuesta será la tecnología háptica, que permitirá sentir el calor del sol o disfrutar de la brisa marina.

Además, en 2024, la reserva de un viaje será mucho más rápida, porque internet permitirá conocer los gustos y las preferencias de los usuarios con antelación y ofrecerle un destino y un viaje adecuado a sus necesidades e intereses. 

Tanto es así, que ya se habla de codificaciones faciales que permitirán a los motores de búsqueda descifrar expresiones y muecas de los usuarios para saber si los resultados a la búsqueda fueron los adecuados o no.