Los ‘Escape Rooms’ se están posicionando como un importante producto de ocio. En diversas localizaciones turísticas de nuestro país los empresarios han comenzado a apostar por estas salas donde los usuarios tienen que tirar de ingenio para ‘salir con vida’ de los recintos. Todo esto al más puro estilo Saw, pero sin muertes.

En España ya existen visionarios del sector hotelero que han visto en el producto una posibilidad de ampliar la oferta de ocio de sus establecimientos.

El Hotel La Vega, en colaboración con ESCAPE ROOM Valladolid ofrece a sus visitantes una estancia diferente con la posibilidad de disfrutar del juego de escapismo. Es una actividad de la que se puede disfrutar con niños a partir de los 10 años. 

Escape Room Valladolid

 Otras optan por ambientar los escenarios principales de los juegos en alojamientos. Los hoteles siempre han sido protagonistas de historias de fantasmas y misterios, por lo que los empresarios más avispados no dudan en recurrir a este tipo de instalaciones para hacer transcurrir las historias. 

En Madrid, 

El Escape Hotel simula el secuestro en un establecimiento hotelero donde los clientes son retenidos, esposados y privados de los sentidos, según explican en su web. 

Al comienzo de la partida, el director recibe y explica a los secuestrados las reglas para sobrevivir. Mientras una gran productora emite el programa ‘Escape’ en el que unos mercenarios son los protagonistas del secuestro, todo esto de manera simulada. Una vez se pone en marcha el cronómetro de 60 minutos, los clientes deben resolver pistas con la información contenida en una caja. De no resolver los acertijos, la muerte les espera. 

 

También en la capital se encuentra el Escape The Loggia, para mayores de 16 años y grupos de 2 a 5 personas. 

Escape The Loggia

En la habitación 1336 de la planta trece del hotel, que está en proceso de remodelación tras un incendio en la década de los cincuenta, se oculta un antiguo agente secreto que posee un maletín. Se da una hora a los participantes para recuperarlo.

En Barcelona, 

El Picadero Motel da 90 minutos a los grupos de 2 a 6 personas para escapar. Según la historia, varios clientes de un antiguo motel han desaparecido. Aunque no se conoce la identidad del dueño del establecimiento, en el barrio lo llaman ‘El Picador’ y los rumores lo señalan como autor de asesinatos atroces. Los usuarios del Room Escape se convierten en periodistas que acuden a la instalación para resolver el enigma. 

Picadero Motel

También en la Ciudad Condal el Petit Piaf Hotel, del Intríngulis Room Escape, ofrece un juego competitivo para grupos de 2 a 5 personas en la que existe la posibilidad de dejar atrás a los compañeros y salir sano y salvo del establecimiento. Los valientes tienen 90 minutos para resolver todas las pistas. 

Intringulis Escape Room

A nivel internacional destacan dos en Estados Unidos:

En Hollywood, Los Ángeles, el Escape Hotel Hollywood pone los pelos de punta solo con la intro de su página web. El terrorífico hotel en el que se aloja el juego ofrece varias modalidades, desde el espionaje hasta una invasión zombie al más puro estilo The Walking Dead. 

Escape Hotel Hollywood

En Nueva York el Suicide Hotel, para grupos de 2.6 personas, adentra a los participantes en un hotel encantado en el que la única habitación disponible es una en la que han muerto personas a causa del pánico. Los valientes que acuden al lugar tienen como misión averiguar qué pasa en la misteriosa estancia. 

Un nuevo entretenimiento 

Si los Escape Rooms son tan populares entre turistas y residentes, incluirlos dentro de la oferta de ocio de los establecimientos hoteleros puede otorgarles un plus de valor diferencial con respecto a otros. Los juegos de estrategia donde puede participar toda la familia o los grupos de amigos de diferentes edades son un producto que facilmente pueden ascender hasta los puestos de éxito en popularidad. Ahora solo hace falta que algún hotelero de el paso e incluya en sus instalaciones una sala donde los viajeros hagan todo lo contrario a lo que se espera en un alojamiento: escapar.