“Si bien es cierto que los volcanes son un peligro para la sociedad, también lo es que sus consecuencias pueden convertirse en un beneficio social y económico”, así lo afirma Llorenç Planagumà, geólogo y miembro de la Volcano Active Foundation, uno de los ponentes que participó en la segunda jornada de Worldcanic, el primer Encuentro Internacional de Cocinas y Ecosistemas Volcánicos, que se celebró los pasados días 1, 2 y 3 de diciembre en Lanzarote.

En el ciclo de ponencias, que tuvo lugar en la Finca Testeina de La Geria, también participó la vulcanóloga francesa y fundadora de la Volcano Active Foundation, Anne Fornier. Defendió que hay que permitir que los científicos viajen e investiguen para “estar preparados ante futuros fenómenos volcánicos”.
 

Llorenç Planagumà, geólogo y miembro de la Volcano Active Foundation

Llorenç Planagumà, geólogo y miembro de la Volcano Active Foundation


También hizo un llamamiento para estar preparados y ser menos vulnerables y más resilientes. “Hace más de 200 años que no hemos vivido una erupción de impacto global y nos hemos olvidado, y eso es peligroso porque puede volver a pasar. Lo sabemos por el sistema de ocurrencia”, alertaba. Fornier destacó que en el mundo existen más de 1.500 volcanes terrestres activos, de los que solo un 40% tienen un sistema de seguimiento, por lo que hay margen de estudio. Asimismo, destacó que la variedad de tipología de volcanes también se traduce en una versatilidad de productos volcánicos que los cocineros de estos territorios han sabido exprimir.



 

 

El fuerte vínculo entre volcanes y cocina


En la misma jornada del Worldcanic se pudo comprobar cómo los chefs sacan partido de los productos propios de tierras volcánicas. Siggi Rafn Hilmarsson, panadero en Laugarvatn Fontana (Islandia); y Paulo Costa, chef de Caldeiras e Vulcões (Azores)demostraron su dominio de la cocina sobre calor volcánico, en el restaurante El Diablo (en el Parque Nacional del Timanfaya), el único de la isla donde se cocina directamente de la tierra. Hilmarsson enseñó cómo elabora su pan de centeno; Costa, el cocido más famoso de las Azores, el “Cozido das Furnas”. Ambos, elaborados en ollas que se entierran para que las aguas termales de paisajes moldeados por volcanes las cocinen. Lo habían explicado por boca. En la comida se demostraba.
 

Comida cocinada en El Diablo

Comida cocinada en El Diablo


El islandés aportaba una tostada de su pan acompañada de trucha ahumada y mantequilla islandesa; el portugués, una caldeira con bacalao que cocinaba en la parrilla de El Diablo. “Es otra forma de cocina de la tierra. Yo lo hago normalmente bajo tierra. Aquí, se pone encima de una parrilla que recibe el calor del magma que hay debajo”, comentaba mientras los asistentes iban entendiendo el sabor de la tierra. Lo acababan de hacer con el cochino asado del chef local, Román Méndez, elaborado obviamente sobre la parrilla geotérmica que recibe la comensal a 290º al entrar al restaurante.

Pedro Santana (Casa Brígida, Lanzarote) y su ensalada de vieja seca (uno de los pescados rey de la isla) con batata de jable (otro producto imperdible de Lanzarote) completaba la terna de participantes en la comida; Fina Puigdevall y Martina Puigvert, la de los cocineros participantes en esta jornada de Worldcanic. Las chefs de Les Cols**, restaurante situado en la zona volcánica catalana de La Garrotxa, se explicaban: “El suelo volcánico pesa tan poco que permite que el agua fluya mejor y eso da como resultado unos productos excelentes, sutiles, dulces”. En su caso, por ejemplo, el alforfón, “el producto más representativo de la zona”; la judía de Santa Pau o la cebolla dulce.
 

Timanfaya

Timanfaya


La segunda jornada de Worldcanic contaba también con una mesa redonda que captaba la esencia de la isla. Participaban tres empresas locales, que demostraban que es posible vivir de un volcán: Wine Shop Lanzarote & Wine Tours, Ecofinca Vegacosta y Bodegas Vega de Yuco. La jornada finaliza con una cena en Kamezí Deli & Bistró, en Playa Blanca, con la participación de Chele González (Gallery by Chele, Manila, Filipinas), Liko Hoe (Waiahole Poi Factory, Honolulu, Hawaii) y José Alberto Díaz (El Sitio, La Palma).