Cada vez resulta más habitual que aparezcan cadáveres de cetáceos, en especial de ballenas, varados en las costas de diferentes regiones del globo. Un fenómeno en el que la contaminación de los océanos tiene mucho que ver.

El viernes 29 de marzo, por ejemplo, se encontró en las costas de Italia una ballena cachalote muerta, de 8 metros de largo. Según informó la agencia AFP, el animal tenía 22 kilos de plástico en su estómago. A raíz de este acontecimiento, la organización World Wildlife Fund (WWF) activó todas las alarmas sobre los niveles de residuos en el mar Mediterráneo.

WWF indicó que la ballena se había tragado una manguera protectora de cables, platos de plástico, bolsas de supermercado, redes de pesca y hasta un paquete de detergente para lavar la ropa. Al parecer, también albergaba un feto muerto en avanzado estado de descomposición.

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Los especialistas determinaron que el cetáceo no pudo digerir alimentos, debido a la gran cantidad de plástico existente en su estómago, ocupando las dos terceras partes del mismo, por lo que terminó falleciendo. 

El animal llegó a la costa norte de Cerdeña a finales de marzo, concretamente al santuario marino Pelagos, de 87.500 kilómetros cuadrados. Este espacio fue creado, mediante acuerdo, por Italia, el Principado de Mónaco y Francia, cuyo objetivo es la protección de los mamíferos marinos que frecuentan esta zona.

A este respecto, WWF denunció que el plástico constituye una de las grandes amenazas de la vida marina, así como que ha causado la muerte de al menos cinco ballenas en los últimos dos años, en Europa y Asia. También, que entre 150.000 y 500.000 toneladas de artículos de plástico terminan en los océanos de Europa cada año, así como entre 70.000 y 130.000 toneladas de micro plástico. 

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Santuario Marino Pelagos | Foto: sanctuaire-pelagos.org

1.000 objetos de plástico

El pasado noviembre, fue hallada cerca de la isla Kapota, ubicada en el Parque Nacional Marino de Wakatobi (Indonesia), una ballena con más de 1.000 objetos de plástico en el estómago, entre los que se encontraban dos pares de chanclas, más de 100 vasos, 25 bolsas y un saco de nailon.

Esta región es una de las más codiciadas por los buceadores, debido a su gran área de arrecifes y vida marina, ya que la zona es frecuentada por rayas y ballenas. No obstante, Indonesia es, después de China, el país que más plásticos residuales genera, cerca de 3,2 millones de toneladas al año, de los que alrededor de 1,3 millones van a parar a los océanos.

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Cetáceo localizado en Fuerteventura | Foto: Europa Press vía Ser

Cetáceos varados en España

La Guardia Civil avistó el lunes 1 de abril, en la playa de Turbia (Pájara, Fuerteventura), el cuerpo varado de una ballena de aleta, de unos 11,5 metros de longitud. Por el momento, se desconocen las causas de su fallecimiento y se está a la espera de la necropsia del animal, un procedimiento "largo", que suele "tardar bastante", según informaron fuentes del Cabildo de Fuerteventura a Tourinews. El Instituto Universitario de Sanidad Animal (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se está encargando de dicha necropsia. 

No obstante, Vidal Martín, presidente de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), se trasladó el 1 de abril hasta Fuerteventura para realizar un estudio biológico al ejemplar. Martín declaró al diario Canarias 7  que se trataba de un macho inmaduro, que llevaba de entre cuatro o cinco días muerto cuando fue localizado, y que tenía un corte “importante” y algunas costillas rotas en el costado derecho, “compatible con la colisión” contra una embarcación. Sin embargo hay que esperar a la necropsia para determinar si el choque se produjo cuando estaba vivo o muerto.

Isla de plástico

Isla de plástico

En marzo de 2018, a su vez, se localizó una ballena muerta en la playa de Montgat (Barcelona), de unos 13 metros de largo y 12 toneladas. En esta ocasión, no se pudo realizar la autopsia al cetáceo, debido a su “avanzado estado de descomposición”, por lo que tuvo que ser tratado como residuo.

Cabe destacar que el litoral pitiuso (Ibiza y Formentera) contiene uno de los niveles más elevados de plásticos de todo el Mediterráneo, multiplicando por 30 la media registrada. Así se desprende del estudio científico Nixe3, basado en la recolección de muestras, entre el año 2010 y 2015, del Mare Nostrum.

La ley europea

Para combatir la proliferación de plásticos de un solo uso, el Parlamento Europeo prohibió, el pasado octubre, la venta e importación de estos artículos, entre los que se encuentran las bolsas, bastoncillos, vajillas o pajitas. El objetivo es que estos productos desaparezcan del mercado en 2021, siendo sustituidos por otros biodegradables.