Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se celebra hoy, Tourinews ha querido conocer más sobre la relación entre el agua y el turismo y las buenas prácticas que se pueden llevar a cabo para garantizar un futuro sostenible.

De biodiversidad, gestión de agua y sostenibilidad ha hablado Rafael Herrera, director de Desarrollo Sostenible de Canaragua, empresa perteneciente al grupo Agbar (Veolia)  que gestiona todos los procesos relacionados con el ciclo integral del agua en las Islas Canarias, encargándose del suministro en algunos de los principales municipios turísticos del Archipiélago.

Pregunta (P): ¿Qué papel juega el agua para el turismo?

Respuesta (R): En general, el que juega para cualquier actividad económica y social, es decir, es fundamental. Si no existe un suministro de agua adecuado, con garantía y con la calidad necesaria la industria turística se resiente. Desde el momento en que el turista que llega a su habitación de hotel y tiene problemas para ducharse porque no hay un suministro continuo, ya sea por alguna avería o por cualquier circunstancia, automáticamente se genera una queja y un problema para el conjunto del destino turístico. Además de la disponibilidad, hay que tener en cuenta que también se utiliza en la elaboración de los alimentos y si no podemos garantizar la calidad del agua suministrada al sector hotelero siempre existiría la posibilidad, que es algo que sucedía y que todavía sucede en algunos destinos turísticos, el visitante podría enfermar o tener una diarrea, con lo cual generamos un mayor problema a la imagen del destino. Al final, el agua es clave en cualquier actividad económica y con el sector turístico no podía ser de otra manera.

P: Además, también existe una relación entre agua y ocio, ¿no?

R: Por supuesto. Hemos hablado del agua para cubrir las necesidades básicas de aseo y alimentación de los visitantes, pero también es importante para la parte más relacionada con el ocio e incluso con el paisaje. El turista que llega quiere bañarse en una piscina, rodeado por unos jardines, para mi gusto en ocasiones demasiado tropicalizados para las circunstancias en las que estamos aquí en Canarias, y eso exige gasto de agua.

P: España está siendo afectada por la sequía y la situación puede agravarse aún más...

R: Esto va a ir a más no porque nosotros tengamos esta impresión, sino porque lo dicen los expertos. Hace poco, precisamente, el Gobierno de Canarias hizo público un informe según el cual la mayor parte de las islas del Archipiélago iban a terminar pareciéndose a Fuerteventura en términos de vegetación y paisaje. Las islas verdes, las más occidentales, van a dejar de serlo. El cambio climático está ahí, ya está sucediendo y va a seguir sucediendo por mucho que cortemos inmediatamente con la emisión de gases de efecto invernadero. Lo único que conseguiremos cortando ya la emisión de gases es que no suba tanto la temperatura media y que la recuperación de las condiciones normales sea más rápida; pero es que no estamos haciendo lo necesario como para cortar esas emisiones de efecto invernadero, por lo cual, el panorama que se presenta es bastante desolador.

P: En este contexto, ¿tiene que reinventarse el turismo y el uso que hace del agua?

R: En ese contexto, un destino como Canarias tiene la ventaja de que no depende tanto del agua de las precipitaciones al contar con una importante red de desalinizadoras que nos permite utilizar el agua de mar para producir agua para consumo humano. Pero claro, esa agua desalada se obtiene a partir del uso bastante intensivo de energía y ese sería el primer problema, porque se emiten gases de efecto invernadero al producirla. El otro sería que el agua desalada es más cara que la que se obtiene del subsuelo o la que viene de la atmósfera en forma de lluvia. En ese escenario, nosotros entendemos que es imprescindible que se trabaje desde el sector turístico en el ahorro y la eficiencia del agua. Tenemos que ser un destino turístico que se plantee muchos aspectos en términos de sostenibilidad y, como no, el agua, y eso pasa por ser muy eficientes, consumir la mínima cantidad y darle todos los usos que sean posibles.

P: ¿Se están haciendo los deberes por parte del sector turístico?

R: Sí, en general el panorama no está nada mal. Hay que tener en cuenta que el agua en Canarias no es un bien particularmente caro y por ello tradicionalmente no había habido una gran inversión en ahorro de agua como sí la ha habido en ahorro de energía. Cabe tener en cuenta que las medidas que toma una empresa como puede ser un hotel para reducir el consumo tienen más que ver con el coste y el impacto que tiene en su actividad. En cualquier caso, las cosas ya están cambiando porque existe cierta presión por parte de la propia industria turística —lo piden los touroperadores para poder ofrecer a sus clientes un destino más sostenible— y también reduce costes.

P: ¿Existen los medios técnicos para cambiar?

R: La tecnología está permitiendo alcanzar eficiencias a un coste razonable. Nosotros gestionamos la distribución de agua en numerosos municipios, incluyendo algunos de los principales turísticos de la isla de Gran Canaria como San Bartolomé de Tirajana/Maspalomas o Mogán. Allí hemos logrado en pocos años unos rendimientos técnicos hidráulicos que a mí me parecían inimaginables hace 10 o 15 años. Si a mí me decían por ese entonces que un municipio tenía pérdidas del 15% ya me parecía un valor prácticamente insuperable, que de cada 100 litros de agua que se suministraban,15 litros no se medían. Parecía una cifra máxima, pero ahora mismo estamos en el sur de Gran Canaria en rendimientos del 92-93%.

P: ¿Cómo se consigue?

R: Lo hemos conseguido porque tenemos un equipo de gente motivado y con conocimientos sobre cómo gestionar una red de distribución para que las pérdidas sean las mínimas posibles. En segundo lugar, Canaragua también tiene en estos municipios cierta capacidad de inversión como para poder sustituir los tramos de tubería que están dando más problemas. En tercer lugar, y esto también se está trasladando al ámbito del complejo turístico, es que existen tecnologías que permiten conocer en tiempo real cuánta agua está pasando por cada tramo. Sectorizamos la red, la dividimos en tramos manejables colocando contadores a la entrada y tenemos a la mayor parte de nuestros abonados con contadores inteligentes de telelectura que nos dan la información prácticamente en tiempo real de cuánta agua está saliendo de ese sector, de manera que continuamente podemos estar estimando cuánta agua no se registra en ese sector. Si los valores suben, sabemos que hay algún problema y entra en acción nuestro equipo de buscafugas, gente que recorre esas calles de ese sector escuchando para localizar la fuga. En un plazo de unos años habrá desarrollos tecnológicos que facilitarán la tarea de localizar exactamente la fuga.

Rafael Herrera, director de Desarrollo Sostenible Canaragua

Rafael Herrera, director de Desarrollo Sostenible Canaragua

 

"Las cosas ya están cambiando porque existe cierta presión por parte de la propia industria turística, lo piden los touroperadores para poder ofrecer a sus clientes un destino más sostenible"

P: ¿Qué buenas prácticas de ahorro de agua se están llevando a cabo en el sector turístico?

R: Precisamente, la tecnología que permite controlar los consumos en tiempo real también se está implantando en los sistemas cerrados de los establecimientos turísticos. Eso permite un control muy fino. Se está midiendo la huella hídrica en muchos hoteles, nosotros precisamente prestamos ese servicio. Esa medición de la huella hídrica permite a muchos establecimientos evaluar cuál es el impacto ambiental en términos de consumo de agua de la pernoctación y con ese conocimiento se intenta compensar esa huella hídrica. Hay cadenas hoteleras que hasta categorizan el consumo de agua según tipología de cliente mediante big data y sacar conclusiones que les ayuden a ser más eficientes.

P: Antes hablaba también de los jardines demasiados tropicalizados...

R:  En ese sentido también se están haciendo cosas bien, los jardines de los hoteles están cambiando. En nada se parecen a los de hace quince o veinte años. Cada vez hay una mayor conciencia de hacer un riego localizado y de utilizar especies vegetales adaptadas a la climatología. Además, no es solo deseable por el consumo de agua, sino que también es muy deseable por cuestiones de biodiversidad. Precisamente, la introducción de flora exótica invasora es un problema para la biodiversidad canaria y esas especies generalmente vienen de su uso en la jardinería. Entonces, utilizar especies vegetales propias de la ubicación es una buena práctica que consigue ahorrar agua y, además, es positivo para la biodiversidad y es algo que están haciendo muchos establecimientos turísticos.

P: ¿Con qué tipo de proyectos se puede compensar la huella hídrica?

R: Hay un caso que me encanta, el de Coca-Cola en Tenerife, donde tiene una embotelladora. Ellos, como parte de su RSC, han financiado un proyecto de mejora de una depuradora en el norte de la isla, que gestiona Teidagua. Han invertido una suma importante para mejorar la depuradora y posibilitar que el agua tratada se reutilice en el riego agrícola. Esa es una forma perfecta de compensar su huella hídrica. Otra forma, que todavía no está muy desarrollada pero en el futuro sí, es plantar árboles en zonas de la isla donde se puede maximizar la captación del agua de las nubes que trae el alisio, la conocida como precipitación horizontal. Si fuésemos capaces de cuantificar en función de la tipología o del tamaño del árbol qué cantidad de agua es capaz de captar e infiltrar podría ser un proyecto interesante para el sector hotelero ya que combina reforestación y recuperación paisajística con compensación de la huella hídrica e incluso de la huella de carbono. Le estamos dando vueltas a esa idea para sacarla adelante con otros agentes. Creo que sería bastante interesante, para Gran Canaria al menos.

P: ¿Qué mensaje se puede lanzar a la gente con respecto al riesgo que supone la sequía?

R: Lo más importante es que tomemos conciencia de que estamos ante una crisis ecológica global y bastante seria. En general, hoy en día, existe esa conciencia y la mayor parte de la población sabe que estamos inmersos en una situación de cambio climático, sobreexplotación de recursos naturales y de pérdida de biodiversidad. A partir de esa toma de conciencia, yo siempre digo que es muy importante que actuemos en nuestro ámbito concreto. Puede ser el personal, por ejemplo, ahorrando agua, aplicando lo que se conoce como ecología en la vida cotidiana; pero también en el ámbito laboral, las empresas —desde las de gestión del agua a las turísticas— podemos jugar un papel importante en la necesaria transición ecológica. En cualquier empresa se pueden producir cambios que hagan que el futuro sea más deseable o menos dramático.