La aerolínea sueca Braathens se ha visto obligada a declararse en concurso de acreedores para sus filiales vinculadas con aeronaves Airbus (Braathens International Airways AB y Braathens Crew AB), lo que significa que la compañía interrumpe todas las operaciones con este tipo de aviones. No obstante, los ATR72-600, que también forman parte de su flota, siguen operando según lo previsto. El motivo aducido ha sido la falta de liquidez en Braathens International Airways AB.

Cabe recordar que Braathens es una aerolínea que opera vuelos con tripulación bajo el modelo wet lease para otras compañías como Escandinavian Airlines (SAS), Ving o TUI. Por ejemplo, también opera numerosos vuelos a Canarias para el touroperador Apollo.

A finales de agosto, el Consejo de Administración de Braathens decidió centrarse en una flota creciente de turbohélices ATR72-600, mientras que los aviones Airbus vinculados a acuerdos con operadores turísticos y otras aerolíneas se irían retirando gradualmente. En ese momento, el Consejo de Administración y la dirección estaban trabajando para obtener financiación para la continuidad de las operaciones durante la retirada gradual de la flota de Airbus. Las actividades de financiación iniciadas por la compañía no han tenido éxito y, como resultado, el Consejo de Administración de Braathens International Airways AB se ha visto obligado a declararse en concurso de acreedores ante el Tribunal de Distrito de Solna.

Las empresas en consurso de acreedores cuentan con un total de aproximadamente 200 empleados, todos ellos cubiertos por la garantía salarial estatal.

Braathens International Airways AB se fundó en 2022 para ofrecer vuelos Airbus a operadores turísticos. El proceso de constitución fue más complejo de lo previsto y los retrasos en las entregas de aeronaves, así como los mayores costes iniciales y operativos, generaron dificultades financieras. En 2023, el grupo de empresas se sometió a una reorganización a la que contribuyó considerablemente la situación de Braathens International Airways AB. Desde entonces, la demanda de los operadores turísticos ha seguido disminuyendo.

Para cubrir los costes de la continuidad de las operaciones durante la retirada, se requirió una importante financiación adicional, que lamentablemente no se logró. Desde la pandemia, los propietarios han invertido más de 300 millones de coronas suecas (más de 27 millones de euros) sin lograr la rentabilidad del negocio de Airbus.

“Lamentablemente, no se ha conseguido la financiación que hemos intentado conseguir para una reducción gradual controlada, y entiendo que los afectados estén tristes, conmocionados y decepcionados. Ahora no nos queda otra opción que centrarnos en la parte del negocio que puede lograr rentabilidad a largo plazo”, ha afirmado Per G. Braathen, presidente del Consejo de Administración y accionista mayoritario de Braathens.

Por otro lado, las empresas Braathens Regional Airlines AB, Braathens Regional Airways AB, Braathens People AB y Braathens Support AB no están sujetas al procedimiento de concurso de acreedores. Las operaciones de estas empresas continuarán, lo que significa que los vuelos de Braathens con ATR72-600 para otras aerolíneas continuarán según lo previsto.