El síndrome del trabajador quemado, también conocido como burn-out, será reconocido por primera vez como una enfermedad relacionada con el empleo. Así lo ha determinado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la asamblea celebrada el pasado sábado, 25 de mayo.
Así, este síndrome formará parte de la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la OMS, que se lanzará en 2022, como una afección asociada al empleo. La última edición de este listado, datada de 1990, ya lo contemplaba, pero en el apartado de dolencias relacionadas con las dificultades en el control de la vida.
En este sentido, la OMS ha querido recalcar que "el síndrome de burn-out se circunscribe al entorno laboral y no debe de servir para describir situaciones de estrés en otras áreas de la vida".
El burn-out está vinculado con el estrés crónico en el trabajo. Entre sus síntomas se encuentra la sensación de agotamiento extremo, sentimientos negativos o cínicos, el distanciamiento del trabajo y el bajo rendimiento. Esta dolencia afecta al 10% de la población activa, y entre el 2 y 5% en su versión más grave.
Con esta acción la organización pretende otorgar visibilidad a la enfermedad, así como ampliar la investigación sobre sus efectos y tratamiento. Además, reconocer que se trata de una afección laboral facilitará la gestión de bajas e incapacidades.
Lo cierto es que el sector turístico ha trabajado intensamente, en los últimos años, en el turismo de bienestar, con ofertas que incluyen desde balnearios, hasta clases de yoga o tratamientos tradicionales de ayurveda, nombre de la medicina tradicional india, cuyo objetivo es aunar cuerpo, mente y espíritu.
