Las fogatas de San Juan marcan la llegada del verano. En centenares de puntos de la Península Ibérica estos festejos se disfrutan como manera de decir adiós a los malos augurios y realizar ciertas promesas que cumplir en la segunda parte del año.

Existen puntos como Alicante u Oporto en los que este día es aún más especial si cabe.En la localidad de la Costa Blanca ven desaparecer las Hogueras en la nit de la cremà, mientras que en el norte de Portugal los fuegos artificiales alumbran el Puente Luiz I a orillas del Duero al son de los martillos de plástico que golpean a todo aquel que tiene el placer de deleitarse con el espectáculo.Todas estas celebraciones son preciosas y dado que se hacen de manera controlada, todo y que el fuego está presente, no perjudican la naturaleza.

La llegada del periodo vacacional siempre viene acompañada, por desgracia, de catastróficos sucesos para el medio ambiente. Las altas temperaturas, la escasez de lluvia y los descuidos del hombre, ya sea de manera involuntaria o intencionada, son los causantes de muchas de las desafortunadas noticias que tiñan el estío de cenizas.

Este verano no sólo la Península ha ardido en llamas. Los vecinos de Funchal, la capital de Madeira, también han sufrido en sus propias carnes el calor del fuego. El 22% de la cristalina, verde y admirada Funchal ha ardido. Este porcentaje, segúninformó Miguel Gouveia, concejal de la Cámara Municipal de Funchal, representa 1.666 hectáreas calcinadas; lo que en términos económicos asciende a casi 61 millones de euros. Para poder apagar las llamas, las autoridades de la isla tuvieron que pedir ayuda a los bomberos lusos de otras partes del país dado que los efectivos no eran suficientes para controlar los focos. En cuanto al origen de las llamaradas, un pirómano de 24 años fue detenido acusado siendo el presunto causante de la fatalidad.

Dejando a un lado los destrozos monetarios, los emocionales también se han sentido bien latentes en el pueblo portugués. Los habitantes del archipiélago han llorado al ser conocedores del fallecimiento de tres vecinos de la capital de Madeira, al mismo tiempo que se han contabilizado un total de 300 heridos.

Otros han visto con sus ojos como el esfuerzo de toda una vida se esfumaba cuando las flamas alcanzaban sus casas. Laura Pestana, periodista maderiense, ha visto como alrededor de 200 compatriotas han perdido sus casas, entre ellos dos amigos que residían en el área de Pena, una zona céntrica de Funchal: ?Por suerte, mi familia no se vio afectada. No obstante, dado la cercanía de las llamaradas poco faltó para que mi madre perdiese en segundos el esfuerzo y los recuerdos de una vida entera. El fuego se esparció a causa de los vientos que soplaban a 100 kilómetros por hora. Había muchos terrenos sin limpiar y por eso ardió tanto?.

Los portugueses que viven fuera de su país también han sentido el pesar por el caos en su tierra. Miguel Ferreira, maderiense residente en Reino Unido, ha manifestado su malestar por las leyes poco efectivas en cuanto a los incendios provocados: ?Este fue un acto egoísta y deshumano realizado por un individuo que hace tiempo que ya debería haber estado en prisión. ¿Quién es el ser que en un día de 37ºC y mucho viento va atizar un fuego en el bosque. Sólo un loco. Por culpa de su acción tres personas murieron y otras muchas han visto destruidas sus vidas. Desde mi punto de vista, se deberían endurecer las leyes así como actuar con mayor brevedad en este tipo de asuntos?.

En referencia a la legislación, Miguel Ferreira no cree que sea posible crear una regulación a nivel europeo ya que ?cada país tiene sistemas judiciales muy dispares entre sí. Además, hay muchos intereses por detrás. Ya sea las empresas de reconstrucción o las que se ocupan de la extinción de fuegos?.

Por su parte, Pedro Gomes, otro maderiense que vive en Reino Unido, ha expresado su tristeza por los incendios: ?Da mucha pena ver la isla en llamas. Sobre todo, porque no fue un fuego fortuito. A eso se suma que el Gobierno anunció que la situación estaba controlada y no fue así. Debido a las altas temperaturas y a las ráfagas de viento, el fuego se reavivó cuando aún no había sido controlado al 100%. Considero que a nivel turístico la isla no se verá afectada considerablemente. El archipiélago se ha visto envuelto en circunstancias parecidas en diversas ocasiones. Uno de los más recientes fue en 2010 y tras unos meses la actividad volvió a la normalidad, Madeira siguió siendo el destino de vacaciones ideal para muchos turistas europeos por su gastronomía y parajes?.

Pedro Gomes hace referencia al incendio que en 2010 carbonizó el 95% del Parque Ecológico de Funchal. En esa ocasión no hubo que lamentar víctimas mortales. Sin embargo, 200 enfermos tuvieron que ser evacuados de un hospital.

Ojalá nunca más tengamos que ser testigos directos o indirectos de catástrofes que destruyen parte de la naturaleza y la vida de muchas personas. Miguel Ferreira mencionó la necesidad de modificar las leyes para apaliar estos desastres. Aunque él se mostraba escéptico ante un posible acuerdo a nivel europeo, considero que si los mandatarios que nos representan en la Unión Europea quisieran, sería posible aprobar leyes a nivel colectivo con el fin de proteger la naturaleza y los derechos de los ciudadanos. Un claro ejemplo de que la unión hace la fuerza es la legislación en materia de terrorismo: los últimos atentados terroristas que, por desgracia, han afectado a Europa, han provocado que los mandatarios, como si de mosqueteros se tratase, hayan hecho piña para salvaguardar las fronteras europeas. Cuando se quiere sí se puede.