El alcalde de Florencia ha decidido emprender acciones disuasorias, y de qué manera, para restablecer el decoro en las inmediaciones de los más importantes monumentos de la ciudad.

Según informan diversos testigos, en días pasados las autoridades municipales rogaron a los visitantes que dejaran de comer en la escalinata de la Santa Croce, para proceder acto seguido a regar los escalones. ya desalojados, con abundante agua.

“Tomando esta medida cada día a la hora de comer, entendemos que las superficies quedarán demasiado mojadas como para que la gente quiera seguir sentándose en ellas para improvisar un picnic”, ha asegurado un portavoz del consistorio. “De esta manera, esperamos que pasen a tener más respeto por nuestros monumentos. En ningún caso tenemos intención, al regar, de mojar a los propios turistas”.

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Se trata de un problema que se extiende por toda la ciudad. La falta de mobiliario urbano lleva a los turistas a instalarse en cualquier escalón o bordillo medianamente accesible, para comer o tomar un refresco, sobre todo durante los meses de buen tiempo.

La escalinata de la Santa Croce, donde están enterrados Maquiavelo, Galileo y Miguel Ángel, no es el único lugar donde los servicios de limpieza han empezado a regar los suelos como medida disuasoria. También se ha hecho lo propio con los escalones de la Iglesia del Espíritu Santo. Al parecer el alcalde, Dario Nardella, tiene intención de seguir aplicando la medida en otros enclaves especialmente concurridos.

Nardella ha asegurado que “el turismo es una gran fuente de riqueza, pero tenemos la obligación de proteger la belleza de nuestra ciudad y de garantizar que se cumpla la ley. Es mucho mejor emplear un poco de agua que empezar a poner multas por comer en la calle. Así evitaremos que los escalones queden manchados y llenos de botellas y envases, que dan mala imagen a la ciudad y espantan al turismo de calidad.”