USTA, la Asociación de Viajes de Estados Unidos, teme que la industria turística del país se vea lastrada por las decisiones de su presidente Donald Trump. A pesar de que en un primer momento vieron en Trump un “socio capaz y dispuesto” y una persona con una “extensa trayectoria empresarial y hotelera”; la asociación que preside Roger Row teme las poco ortodoxas medidas del actual presidente.

Por un lado, sus malas relaciones con países como Australia, Alemania, México o China, principales emisores de turistas a EE.UU; también las nuevas normas de la Casa Blanca que exigen verificaciones y controles extra para con los turistas de determinados países; la supuesta privatización del control aéreo; además de la impopularidad del presidente en el exterior. Tanto es así que según la empresa de estrategia de mercado Tourism Economics LLC, las principales ciudades preferidas por los turistas extranjeros que visitan EE.UU como Nueva York, Los Ángeles y Miami podrían ver como el número de visitantes desciende drásticamente, en unos “4,3 millones este año”.

Por su parte, Roger Dow afirma conservar la esperanza del que Trump “aclare” sus políticas para que los turistas extranjeros y apela al sentido común del que fue empresario hotelero aduciendo que “él es dueño de hoteles, entiende al turista internacional”.