El polémico presidente de Estados Unidos, Donald Trump, construirá los oleoductos de Keystone XL y Dakota Access, dos proyectos que el gobierno de Obama no había permitido.

Las razones del anterior mandatario de la Casa Blanca para impedir su construcción atendían a razones medioambientales y a las protestas de nativos de cada zona. Sin embargo, según el actual presidente, la creación de empleo así como el desarrollo industrial son motivos suficientes para autorizar su construcción.

El objetivo del oleoducto de Keystone XL es transportar petróleo desde la región canadiense de Alberta hasta el territorio estadounidense de Nebraska. Un proyecto que han rechazado activamente diversos colectivos ecologistas durante más de siete años. Mientras que el segundo oleoducto aprobado por la administración Trump, Dakota Access, que transportará crudo desde la región de Bakken hasta la costa del golfo de México, no sólo ha tenido protestas ecologistas, sino que también se han sumado los indios nativos de la zona, puesto que amenaza su abastecimiento de agua potable y, en consecuencia, su supervivencia.