El pasado domingo, un vuelo de la compañía China Eastern, con destino a Shanghái (China) tuvo que regresar a Sídney (Australia) tras detectarse que uno de los motores del avión estaba perforado.

“La tripulación notó una situación anormal en el motor izquierdo y decidió volver a Sídney inmediatamente”, desveló Kathy Zhang, gerente general de China Eastern para la región de Oceanía, al ABC.

La aeronave tuvo que volver al aeropuerto de origen y realizar un aterrizaje de emergencia una hora después de despegar. Un cuerpo de bomberos se desplazó hasta el aeródromo australiano para -en caso de que fuera necesario- colaborar con el aterrizaje, que fue ejecutado con éxito y sin que pasajeros o miembros de la tripulación resultaran heridos. 

Se ha puesto en marcha una investigación por parte de las autoridades locales para esclarecer los hechos que provocaron el agujero.