El “inglés macarrónico” de un instructor de puenting fue uno de los principales motivos del fallecimiento de una turista holandesa de 17 años en Cantabria en 2015.

Según el dictamen de la Audiencia de Cantabria, el dueño de la empresa e instructor de la actividad incurrió en un delito “de imprudencia grave” que culminó en una muerte.

Así lo ha determinado la Audiencia de Cantabria que ha desestimado el recurso del dueño de la compañía organizadora de la actividad. En 2016 el juzgado de instrucción número 1 de Torrelavega había dictaminado  Según el tribunal se trata de una actividad “extremadamente peligrosa” por lo que el organizador “pudo y debió” tomar medidas de seguridad complementarias.

Suscripción

La Sección Tercera de la Audiencia confirma así el auto de transformación en procedimiento abreviado que fue dictado en julio de 2016 por el juez de instrucción número 1 de Torrelavega, encargado de la causa. 

El órgano judicial cree que el investigado debería haber sido claro a la hora de explicar los detalles relativos al salto, sin embargo, creen que el “nivel básico de inglés” del instructor no era suficiente para ello. Para la sala, el uso "de un inglés macarrónico" al dar la instrucción de no saltar ("no jump") pudo "perfectamente ser entendido" por la víctima como una orden de salto ("now jump").

A su vez, determina que debería haberse asegurado de que los saltadores eran mayores de edad. También señala que el lugar escogido para el desarrollo de la actividad está expresamente prohibido.