Los pasajeros de un vuelo de la compañía Thomas Cook que debía despegar de Zante (isla griega) rumbo a Stansted/Londres (Reino Unido) el pasado lunes se quedaron esperando unas tres horas dentro del aparato, debido a una avería en el aire acondicionado, según informa The Sun.

Algunos de los viajeros sufrieron ataques de ansiedad y desmayos debido a las altas temperaturas en el interior de la aeronave. Chelsea Kingsnorth, de 17 años, ha asegurado que, aunque la mayoría de los pasajeros pidieron explicaciones sobre la demora, nadie se las dio. Ella misma, según afirma, no podía respirar por lo que le permitieron salir del aparato y le facilitaron una bombona de oxígeno hasta que los paramédicos, que se demoraron, la atendieron y llevaron al hospital. “Nunca volvería a utilizar Thomas Cook”, ha afirmado la joven.

Algunos turistas han asegurado que las temperaturas en la cola del avión llegaron a alcanzar los 48 grados y que algunas personas sufrieron ataques de pánico. Incluso, han afirmado que las embarazadas y los bebés fueron “abandonados a su suerte”.

Algunos de los 214 pasajeros a bordo del aparato han declarado al medio británico que se les negó el agua que pedían y se les prohibió abandonar la aeronave. Isabella Wright, una pasajera diabética, declaró que casi "se desmaya" por el calor y la falta de alimentos y describió el tratamiento recibido como "horrible" y una "violación de los derechos humanos".

Finalmente, el vuelo fue cancelado y los pasajeros fueron alojados en diferentes hoteles de la isla griega.